Río de Janeiro.- La Policía brasileña arrestó hoy al hacendado Regivaldo Pereira Galvao, el único de los cinco acusados que hasta ahora no ha sido juzgado por el asesinato de la monja estadounidense Dorothy Stang, ocurrido en febrero de 2005 en la Amazonía, informaron fuentes oficiales.
El hacendado, quien responde en libertad por el homicidio de la religiosa y ha conseguido aplazar el juicio con diferentes recursos judiciales, fue detenido en el estado amazónico de Pará por agentes de la Policía Federal.
Su arresto había sido solicitado por la Procuraduría en un proceso por estafa y apropiación ilegal de tierras, luego de que los fiscales descubrieran que Pereira Galvao, conocido como "Taradao", intentó vender un lote en Anapu, el municipio del estado de Pará en el que fue asesinada la monja.
Pese a haber negado en juicio ser el propietario de dicho lote, de cerca de 3.000 hectáreas en medio de la Amazonía, de propiedad del Estado y en donde Stang quería implantar un asentamiento para campesinos sin tierra, algunos testigos admitieron que Pereira Galvao lo estaba ofreciendo en venta.
El hacendado incluso alegaba que, por no ser propietario del lote en disputa, no tenía ningún motivo para ordenar el asesinato de la religiosa, cargo por el que es procesado.
"Él se apropió del lote y después negó su apropiación. Ahora fue arrestado porque la Policía Federal descubrió que había falsificado documentos para apoderarse de esa tierra", explicó el fiscal Felicio Pontes, uno de los responsables del caso.
Pereira Galvao había sido arrestado en 2006 y estuvo preso cerca de un año hasta que el Supremo Tribunal Federal, la máxima corte del país, le concedió un recurso de hábeas corpus que le permite esperar el juicio en libertad.
El hacendado es acusado de haber financiado un fondo ofrecido a pistoleros en Pará para asesinar a campesinos y militantes que se oponen a los terratenientes en esa conflictiva región de la Amazonía.
La religiosa, quien durante décadas de labores en la Amazonía se destacó por sus acciones en favor de los campesinos sin tierra y en defensa de preservación ambiental, fue asesinada a tiros en febrero de 2005.
La monja, que tenía 73 años, murió en una emboscada en una zona rural de Anapu, una remota localidad amazónica en donde lideraba un proyecto para asentar a campesinos sin tierra.
De los cinco acusados por el asesinato de Dorothy Stang, cuatro fueron condenados, pero uno de éstos fue absuelto en segundo juicio.
El Tribunal del Jurado de Belén, la capital del estado de Pará, absolvió en mayo en una polémica decisión al hacendado Vitalmiro Bastos de Moura, quien había sido condenado en un primer juicio a 30 años de prisión por haber encomendado y financiado el asesinato.
El hacendado se benefició de que el pistolero Rayfran das Neves Sales, autor confeso del crimen, cambió su testimonio y alegó haber actuado por iniciativa propia, en lugar de por encargo de Bastos.
Das Neves Sales, quien propinó los seis disparos que acabaron con la vida de la religiosa y también tuvo derecho a un segundo juicio, fue condenado a 28 años de prisión.
Los otros dos condenados por el crimen son Clodoaldo Carlos Batista, que acompañó al autor de los disparos en el ataque aunque desarmado, y el hacendado Amair Feijoli da Cunha, que admitió haber sido el intermediario del crimen.
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