La semana pasada Ben Stiller eclipsó a Jeffrey Katzenberg, el productor de 'Madagascar 2' y una de las tres cabezas pensantes y propietarias (junto con Steven Spielberg y el magnate de la música David Geffen) de Dreamworks. Pero si en su visita conjunta a Madrid Ben puso el glamour y los chistes, Katzenberg fue el que, al modo de un émulo de Steve Jobs en el campo fílmico, explicó lo que va a ser su disciplina en los próximos tiempos. La revolución 3D es un hecho, se está gestando y el cine no será lo mismo de aquí a diez años.
Lo anunció como un Nostradamus bueno, mesiánico y profético: "De igual manera que en la década de los 20 del siglo pasado se hizo la transición del cine mudo al sonoro, o al color en los 30, hoy nos encontramos ante la tercera revolución, la de la tridimensionalidad. Siete décadas más tarde surge la nueva era, destinada como las dos anteriores a aportar una mejor experiencia al público". En el acto de presentación que convocó a la prensa para adelantarnos media hora de su nueva criatura, 'Monstruos contra alienígenas', se mostró solemne al anunciar que el cine ligará su destino al nuevo arte de la (casi) palpabilidad de manera inminente, con la misma celeridad y eficacia de las dos transiciones anteriores.
No habla de aquellas gafillas de juguete montadas con un celofán semitransparente rojo y otro azul que repartían en algunos títulos añejos ya. La película consistía en dos proyecciones superpuestas, con porciones del color opuesto al del celofán que debían ser vistas por uno u otro ojo alternativamente. A pesar de lo primitivo del ingenio, quien más y quien menos se llevó un buen susto cuando las garras de Freddy Krueger amenazaban con cercenar partes queridas de la propia anatomía. Corría 1991 y fue todo un 'boom que a Katzenberg ahora le parece prehistórico. "Daba dolor de cabeza y náuseas debido a lo desenfocada que veíamos la película", se queja.
Ahora esa tecnología está superada. "Ya no será necesario crear la tercera dimensión en posproducción en la sala de montaje ni se utilizarán dos proyectores simultáneos. El futuro es rodar en 3D desde el estadío inicial gracias a los nuevos equipos de filmación que se están desarrollando". Santa Tecnología Digital tiene la culpa. En el momento del consumo, que es el que nos importa, los espectadores son los que saldrán mejor parados, ya que, tal y como afirma, "las gafas son cómodas y su tecnología es puntera". Y, en efecto, a pesar de la anchura del artefacto y del desconcierto, cierta sensación de oscuridad y perplejidad iniciales, un par o tres de minutos son suficientes para olvidar que vestimos apéndices y que lo que vemos no está pasando en realidad.
Tal es la fe de Katzanberg en su proyecto que los estudios Dreamworks se han adaptado a esta nueva forma de entender el cine, marginando los antiguos equipos y apostando fuerte por esta nueva tendencia. La asociación de la compañías informáticas Intel y Hewlett Packard ha dado lugar al proyecto denominado Intru 3D para conseguir eso tan romántico que es "la tridimensionalidad emocional, y no sólo visual". Si es que se saltan las lágrimas cuando le oyes tan convencido.
Respaldado por la pasión hacia el nuevo rumbo de los acontecimientos expresada por James Cameron ('Avatar'), Robert Zemeckis ('Beowulf'), George Lucas (que quiere adaptar a este formato su hexalogía galáctica), Steven Spielberg y Peter Jackson (quienes rodarán la trilogía de 'Tintín' en 3D), sabe que con escupirnos esa serie de nombres no le hace falta demasiado aval más.
"Para Dreamworks, la gran revolución empieza en primavera, con el estreno de 'Monstruos contra alienígenas'", la primera película poseedora de esta nueva tecnología. Con ella espera romper todas las taquillas, pero no sólo eso. Se ha encargado de que el guión sea de primera categoría, potenciando los chistes cinéfilos (con referencias que van desde 'Encuentros en la tercera fase' hasta 'Superdetective en Hollywood'), y ha compactado un elenco de dobladores de campanillas, contando con en Hugh 'House' Laurie, Kiefer 'Jack Bauer' Sutherland, Seth Rogen o la oscarizada Reese Witherspoon, entre otros.
Ellos dan vida a 'los buenos' en un acelerado cuento de ciencia ficción en el que los marcianos amenazan con conquistar el mundo. Infructuosamente agotadas todas las posibilidades que ofrece el ejército, un comité de expertos convence al presidente americano de que los únicos que pueden hacer frente a tamaña amenaza son una serie de monstruitos que el Gobierno tiene presos desde que se les capturara por amenazar la paz pública.
La prometedora pieza se presentará en 3D y en 2D estándar como medida democrática hasta que existan salas de 3D operativas en todo el mundo. En el momento en que se estrene en Estados Unidos sólo una tercera parte de los teatros estarán debidamente equipados (2.500 de 7.500) por dos docenas de España. Y entonces es donde la teoría de Katzenberg flaquea un tanto; si esto es así, el cambio no debe ser tan total como lo pinta, será que le queda algo a la revolución. Pero él se explica: "Es como el huevo y la gallina. Los estudios no quieren hacer más películas si no hay cines donde se proyecten y los cines no quieren hacer la reforma si no hay suficientes películas como para hacer la inversión". Pero de lo que se tienen que dar cuenta es de que "el gasto inversor lo harán las distribuidoras y no las exhibidoras".
No hace alusión a cuanto repercutirá esta nueva tecnología en los bolsillos de los espectadores, pero sí habla de dar un extra (eso no suena barato) a quien entra en una sala de cine; la experiencia social de ir a ver una película es fomentada, según él, por este nuevo sistema. "Es algo que tardará años en poder verse en casa de la misma manera" y, por lo tanto, una indirecta medida en contra de la piratería.
Tasado el plus en un 10% sobre el presupuesto inicial de lo que valdría la película facturada al modo tradicional (los 150 millones de dólares de, por ejemplo, 'Madagscar 2' se dispararían hasta los 165), parece claro que los usuarios, para disfrutar de tanta magnificencia, tendremos que rascarnos los bolsillos una vez más, y se abre el debate de si la solución a la crisis de audiencias pasa más por ofrecer extras inflacionadores o rebajas que hagan los precios de las entradas competitivos con la gratuidad que ofrecen las plataformas de descarga de internet.
Los primeros estrenos que podemos esperar de este 'nuevo cine' no sólo afectarán a la animación sino que James Cameron presentará su esperadísimo proyecto post 'Titanic' las próximas navidades, y para 2010 ya hay previstas 20 producciones más. "Creo que con bastante rapidez las películas irán pasándose al territorio de los 3D, incluso los pequeños dramas, porque "nada impedirá que un joven estudiante de cine tenga en un futuro muy cercano acceso asequible a las nuevas cámaras". Todo está cambiando. Que se lo digan al Laser Disc o al DVD. Está claro que la revolución se acerca, pero, ¿será para bien?, ¿se consolidará?, ¿desplazará a lo anterior como decían que haría la TV con la radio o Internet con ambas? Guarden este artículo en 'favoritos' y reléanlo dentro de diez años. Veremos si Katzenberg jugaba a ser profeta o lo era en realidad.
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