Madrid.- El Unicaja, al que parecen no afectar ni las lesiones ni el cansancio, salió de Telefónica Arena con un partido en el bolsillo que durante 39 minutos estuvo en poder del MMT Estudiantes, cuya última opción de igualar o recuperar la delantera murió a dieciocho segundos del final en un balón interceptado por el escocés Robert Archibald con el pie.
El cinco colegial buscaba la manera de igualar o superar el 78-80 que el checo Jiri Welsch había anotado en la acción anterior, a 39 segundos de la bocina. Pero no pudo ni lanzar a canasta. El balón circulaba por la cabecera de la zona a la espera de caer en manos de alguien en buena disposición de asumir la responsabilidad de dispara la ultima bala.
El Unicaja, hasta el momento de conseguir el triple de Welsch sólo había disfrutado de tres ventajas: 0-2, 2-4 y 43-45. Welsch no había tenido una mañana especialmente afortunada, pero el alero clavó el triple que sentenció el partido, el que supuso el 78-80. En esa situación, el Estudiantes aún disponía de tiempo por delante para cambiar su suerte.
Por supuesto, Luis Casimiro, entrenador colegial, había pedido tiempo muerto para preparar la oleada final. Por detrás quedaba la titánica labor de Pancho Jasen (veintitrés puntos) que había sido el sustento vital de los madrileños, la brega del estadounidense Tom Wideman frente a los poderosos pívots rivales y, del mismo modo, la huella de un Unicaja que nunca se dejó marchar, que mantuvo la calma mientras las diferencias se estiban y se apretaban como la goma y que, pese a las sensibles bajas con las que acudió al Telefónica Arena, supo ganar.
El 43-45 señaló la última vez que los malagueños tuvieron el marcador de su lado hasta el triple del 78-80 que partió de la mano de Welsch y también fue obra suya. Acabó con siete puntos. En general, apenas se le había visto en toda la mañana, pero cuando salió a la luz lo hizo para sellar el destino de un choque plagado de pérdidas de balón (35 en total, con catorce para los locales y veintiuno para los visitantes) que expiró en el pie izquierdo de Archibald.
El balón botó sobre el pie del británico y salió despedido en la dirección perfecta para que Omar Cook pudiera culminar un contragolpe en solitario bajo el aro estudiantil: 78-82. El Unicaja cerraba así el partido y redondeaba una semana de dulce. El jueves había derrotado al Maccabi Tel Aviv israelí a domicilio en la quinta jornada de la Euroliga y el domingo salía victorioso de la cancha de un Estudiantes que no se lo puso fácil y que, como estrategia básica, le buscó las vueltas por medio de la intensidad, con una rotación limitada a nueve hombres que trató de agotar las reservas físicas de los malagueños.
El equipo de Aíto García Reneses, además, tuvo margen para hacer debutar al estadounidense Paul Shirley, sustituto temporal del lesionado Marcus Haislip. Nunca bajó los brazos, demostró que sabe perfectamente a lo que juega y que está en condiciones de mirar al futuro de esta temporada con elevadas pretensiones.
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- Ficha técnica:
78 - MMT Estudiantes (18+25+17+18): Cummings (5), Udrih (13), Suárez (5), Wideman (13), Popovic (6) -cinco inicial-, Jasen (23), Granger (3), Beirán (3) y Junyent (7).
82 - Unicaja (14+16+19+23): Cook (17), Kelati (16), Welsch (7), Jiménez (1), Archibald (6) -cinco inicial-, Gomis (10), Cortaberría (-), N'Dong (6) y Shirley (9).
Árbitros: Pizarro, Murgui y Zafra. Sin eliminados.
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