León.- La Guardia Civil ha detenido en León y Oviedo (Asturias) a ocho personas acusadas de practicar la caza furtiva y de acabar ilegalmente con la vida de ejemplares de especies fuertemente protegidas, como el urogallo, según ha informado hoy la Benemérita.
Esta operación, llevaba a cabo por el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de León y el Equipo Central Operativo de Medio Ambiente (ECOMA) de Madrid, ha permitido, paralelamente, la intervención de un total de 59 piezas de animales disecados y trofeos, así como numeroso material de caza.
Seis de los detenidos residen en la provincia de León -A.H.M., de 47 años, A.G.G., de 51, A.G.H., de 36, F.C.H., de 40, J.I.A.G., de 42, y F.F.A., de 49-, mientras que los otros dos presuntos implicados en los hechos fueron detenidos en Oviedo (Asturias).
Su identidad responde a las iniciales E.P.V. y M.A.E., de 54 y 49 años de edad, respectivamente, ha precisado en una nota de prensa la Guardia Civil de León, que no descarta la posibilidad de que, en las próximas horas, se produzcan nuevas detenciones.
Los detenidos, que serán puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 4 de León, están acusados de diversos delitos contra la fauna por acciones de caza furtiva.
Tras los diversos registros domiciliarios realizados por la Guardia Civil, el Seprona ha intervenido numerosos animales completos disecados y trofeos, como un urogallo, un macho montés, ocho jabalíes, diecisiete rebecos, veintidós corzos, diecisiete ciervos, un muflón, una gineta y dos ardillas.
El material de caza incautado incluye, por su parte, siete rifles, catorce escopetas, un cañón de rifle, cuatro bocachas, un silenciador, tres focos y cuatro linternas, así como un amplio abanico de armas blancas, machetes y puñales empleados para la caza.
Asimismo, durante los registros domiciliarios practicados, la Guardia Civil se incautó de más de 150 matrices de precintos, presuntamente destinados a tratar de dar apariencia de etiquetado legal a las piezas cazadas furtivamente.
Las mismas fuentes han relatado que el inicio de esta investigación se remonta al pasado mes de julio, cuando la Guardia Civil de León constató la actividad de un grupo de individuos que realizaba caza furtiva y que, además, promovía su práctica, al facilitar a otras personas el ejercicio de este deporte sin cumplir con la normativa vigente en esta materia.
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