Marraquech (Marruecos), 24 nov (EFE).- La Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) adoptó hoy por consenso un plan de recuperación y pesca del atún rojo que contó con la aprobación de los países implicados y el rechazo absoluto de los grupos ecologistas.
Los 46 países de la ICCAT, con la excepción de Libia, aprobaron, entre otras disposiciones, un total admisible de capturas (TAC) de 22.000 toneladas para el año que viene, frente a las 27.500 previstas, y la prohibición de pescar atún rojo con cerco en el Atlántico este y Mediterráneo entre el 15 de junio y el 15 de abril.
"No son las medidas ideales, pero son las posibles, porque tenemos que entender que hay muchos componentes que deben tomarse en consideración, y las adoptadas serán cruciales para la conservación" de esa especie, dijo a los medios el presidente de la ICCAT, el brasileño Fabio Hazim.
Tras los ocho días de reuniones iniciados el pasado 17 de noviembre, se aprobó también la presencia de observadores de esa comisión en los buques de captura, y la identificación de aquí a 2010 de las zonas de desove del Mediterráneo, con miras a la creación de reservas.
De "realmente positivo" calificó ese acuerdo el director general español de Recursos Pesqueros, Fernando Curcio, según el cual "se ha hecho justicia con los intereses españoles tanto desde el punto de vista pesquero como medioambiental".
Según el representante del Ejecutivo español, "todas las partes han considerado que se ha hecho el máximo esfuerzo posible", y corresponde ahora a los científicos determinar si las medidas puestas en marcha consiguen "incrementar la población del stock de atún rojo", que se encuentra en situación crítica.
Esta decimosexta reunión extraordinaria, que se ha desarrollado entre fuertes divergencias, estaba vista por la UE como "la última oportunidad" para conseguir introducir restricciones en la pesca del atún rojo.
Para grupos ecologistas como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y Greenpeace, sin embargo, el acuerdo alcanzado es un "fracaso absoluto", que ratifica según ellos el hecho de que los países de la ICCAT, "con la UE a la cabeza, no están preparados para recuperar un recurso que está al borde del colapso".
"Vamos a asistir a la desaparición del stock y a la bancarrota económica del sector que lo está explotando, con lo cual hoy es un día verdaderamente aciago para el atún rojo y para todos los ciudadanos representados por los países que han fallado aquí sus obligaciones", dijo Sergi Tudela, responsable de la campaña de océanos de Greenpeace.
Las ONG demandaban el cierre de las pesquerías de cerco durante mayo, junio y julio, los meses de reproducción, y un recorte en las cuotas de pesca hasta establecerlas en 15.000 toneladas anuales, cantidad recomendada según ellos por los propios científicos del ICCAT.
Perjudicado se sintió también Juan Serrano, director general adjunto del Grupo Balfegó, que gestiona cuatro de los seis barcos de la flota pesquera española, según el cual el cierre de la actividad el 15 de junio es una medida "totalmente injusta" que les obligará a incrementar sus esfuerzos e inversiones para capturar el atún rojo.
Los intereses económicos, políticos y ecologistas fueron por lo tanto imposibles de conciliar, en un encuentro cuyas conclusiones fueron para la ICCAT muy importantes, y para los ecologistas "condenan al atún" y deslegitimizan a esa comisión en la gestión de esa especie.
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