Hace tan solo una semana que se desató el esperpento. Durante una visita oficial a España, el vicepresidente ruso Alexander Zhukov, anunció por sorpresa que la rusa Gazprom estudiaba comprar el 20% de Repsol a través de la constructora Sacyr Vallehermoso. La noticia cogió desprevenido a todo el mundo: desde el ministro Sebastián hasta Zapatero, que tuvo que llamar a Antonio Brufau, presidente de la compañía, para pedirle explicaciones. Él tampoco tenía ni idea de lo que estaba hablando.
Las declaraciones de Zhukov se convirtieron en una bola de nieve informativa que se hinchaba por momentos en la prensa española, rusa y europea. El asunto se dio por zanjado con un desmentido que llegó días después desde Moscú. El monopolio gasista ruso (el brazo ejecutor de la política energética del Kremlin) negó que tuviera la intención en adquirir parte de Repsol y afirmó que los rumores se debían más bien al interés de "alguien" en vender su participación.
Con la noticia de que la petrolera rusa Lukoil (la mayor en manos privadas) está negociando comprar la participación del 20% de Sacyr Vallehermoso en Repsol y otro 9% adicional parece confirmarse lo que ya dijo Zhukov cuando Zapatero y Sebastián le pidieron explicaciones acerca de su anuncio. Que no se trataba de Gazprom, sino de Lukoil, compañía que había comenzado a establecer contactos con Sacyr. "No me hagas caso, es que yo de estos temas no entiendo mucho", replicó entonces el vicepresidente ruso.
Poco después de conocerse la noticia de las intenciones de Lukoil, Sebastián ya ha asegurado que el Gobierno hará todo lo posible para que la compañía siga siendo "independiente y española". Y es que la entrada en una empresa estratégica como Repsol de capital ruso genera cierta inquietud. Ya cuando se planteó la posibilidad de que fuera Gazprom quien participara de la empresa, Pedro Solbes afirmó que le "chirriaba bastante" haber "privatizado empresas españolas para que sean compradas por empresas públicas de otro país. Expertos en energía consultados por soitu.es explicaron que operaciones de este tipo supondrían que Rusia empezara a gozar (indirectamente) de ciertos privilegios económicos reservados a los países comunitarios.
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