Los insultos no paran de volar, cada vez más ofensivos, desde que el Congreso nacional del partido socialista francés fracasó el fin de semana pasado. Organizado para poder renovar su cúpula dirigente, dejó vía libre a una guerra interna que opone diferentes conceptos del socialismo pero sobre todo diferentes egos y que podría incluso llevar a su explosión. Después de dos días pasados cociendo estrategias que no llevaron a la elección de ningún vencedor, la ex-candidata a las presidenciales, Ségolène Royal y dos otros pretendientes se han quitado los guantes para ganarse el voto de los militantes que acudirán a las urnas hoy por la tarde. Mientras, la derecha gala observa y se frota las manos.
Se esperaba del llamado Congreso de Reims, organizado del 14 al 16 de noviembre en la capital del Champagne, que permitiera al socialismo francés volver a ponerse de acuerdo sobre una línea ideológica y elegir a un nuevo secretario general para sustituir a François Hollande. Pero no cumplió. El alcalde de Paris, Betrand Delanoë, hasta entonces considerado como un candidato potencial, quedó profundamente decepcionado por el resultado que cosechó su línea política (las llamadas "mociones", propuestas por personalidades destacadas, fueron sometidas al voto de los militantes), y decidió retirarse de la carrera hacia el primer puesto de su partido.
Ahora, quedan tres candidatos para el voto de hoy, que podría llegar a una segunda vuelta, el viernes, si nadie gana una mayoría absoluta:
Desde el cierre del fracasado Congreso, las críticas entre los socialistas galos han ido 'in crescendo'. A Royal, que denuncia una "perdida del sentido de honor" en su partido, el ex-ministro Jack Lang replica que tiene primero que "limpiar en frente de su propia casa", mientras Delanoë alude a la falta de convicciones de la ex-candidata a presidente. "Hay veneno en la sangre del partido", "la situación está degenerando", sintetizó Benoît Hamon el martes. La noticia de que Delanoë empujaba sus militantes a votar para Martine Aubry cuando había dicho el domingo que no se pronunciaría fue lo que sacó a Ségolène Royal de sus casillas. "Hay un claro frente [anti-Royal]", declaró en un programa de radio, antes de admitir que el apoyo de Delanoë a Aubry "complicaba" sus perspectivas de ganar.
Es verdad que Ségolène Royal provoca urticaria en parte de la militancia socialista que abucheó sus discursos durante el Congreso, según los periodistas presentes. Pero no hay que darla por vencida todavía. Según el jefe de la sección de política del diario conservador francés Le Figaro, Philippe Goulliaud, que habla en su Web (), "el "todo menos Ségolène" podría empujar a los militantes a movilizarse a favor de Royal. Es muy popular."
Mientras, analistas, políticos y los propios militantes advierten de la posibilidad de la explosión y desaparición del partido socialista, Nicolas Sarkozy adopta un discurso de izquierdas en su lucha contra la crisis financiera, presentándose como el enemigo del liberalismo excesivo.
* Elodie Cuzin es la corresponsal de Rue89 en España.
Sigue paso a paso las noticias sobre del PS francés en el blog de Rue89.
Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.