Mérida.- La presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundúa, ha mostrado hoy su alegría y optimismo por la detención del jefe de los comandos de ETA, Mikel Garikoitz Aspiazu, "Txeroki", pero también ha expresado una "cautela lógica", porque los terroristas "están muy rabiosos".
Pagazaurtundúa, que ha firmado hoy un convenio en Mérida con el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, ha afirmado que se va percibiendo que la infraestructura de la banda es decreciente y su debilidad creciente.
"Esto nos da esperanza", ha declarado, así como el hecho de que, tras la detención de este "terrorista y asesino múltiple", pueda haber una enorme fuente de información, porque puede significar muchas más detenciones.
Ha añadido que nunca se sabe cuál va a ser el punto de inflexión hacia una verdadera desmembración de ETA y "a lo mejor no es ahora, pero puede ser, el futuro está abierto".
No obstante, ha hablado de la necesidad de mantener la cautela, porque "están muy rabiosos".
En su opinión, en el último comunicado de la banda, que era una "chapa impresionante" por largo y tedioso, "se nota una distorsión cognitiva muy trastornada, como sabemos que ocurre en los grupos fanáticos con una enorme rabia".
"Ven que están perdiendo posiciones y que todas las cosas se les están poniendo en contra y, por supuesto, sabemos que pueden reaccionar con rabia y de una manera brutal, como siempre han hecho", ha subrayado la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo.
A su entender, el problema es que se trata de grupos fanáticos y el Estado está tomando cada vez más la supremacía, mientras ellos tienen menos capacidad de desestabilización, pero "desde luego, hasta el último día que funcionen como grupo terrorista, van a ser unos salvajes".
Preguntada por la detención de José Ignacio de Juana Chaos en Belfast, la hermana de Joseba Pagazaurtundúa, jefe de la Policía Local de Andoain asesinado por ETA en 2003, ha reconocido que "sólo puedo ver este caso desde un punto de vista muy personal".
Ha recordado que el piso de De Juana Chaos está en la misma calle que el de su madre, su cuñada viuda y sus sobrinos, los huérfanos de su hermano, por lo que "es tal el trauma de pensar que nos podemos encontrar en esa calle tan estrecha con este hombre, que no tengo la capacidad de juicio que suelo tener normalmente, lo reconozco".
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