"Un nuevo amanecer para los pepinos curvos"

¿Sabías que los pepinos deformes están vetados en los mercados europeos? Pues así es y será hasta el próximo mes de julio, cuando entre en vigor una nueva normativa de la UE que elimina las restricciones de tamaño y forma para 26 frutas y hortalizas.

Los productos para los que se eliminan las normas son: albaricoques, alcachofas, espárragos, berenjenas, aguacates, judías, coles de Bruselas, zanahorias, coliflores, cerezas, calabacines, pepinos, setas cultivadas, ajos, avellanas con cáscara, repollos, puerros, melones, cebollas, guisantes, ciruelas, apios, espinacas, nueces con cáscara, sandías y endibias.

Sin embargo, las normas vigentes se mantendrán para otros 10 productos (manzanas, kiwis, cítricos, lechugas, melocotones, tomates, peras, fresas, uvas de mesa y pimiento dulce) , que representan un 75% del valor del comercio hortofrutícola. Pero se permitirá su venta al público siempre que estén en una estantería aparte y etiquetados como "producto para la transformación" o para ser cocinados.

Según Mariann Fischer Boel, comisaria europea de Agricultura, "esta iniciativa señala un nuevo amanecer para los pepinos curvos y las zanahorias nudosas, y es el ejemplo concreto de los esfuerzos por reducir los trámites burocráticos innecesarios", informa EFE. A pesar de eso, la decisión del Comité de Agricultura fue rechazada por 16 países de la UE, entre ellos España, primer productor hortofrutícola.

"En estos tiempos de alimentos caros y dificultades económicas generalizadas, los consumidores podrán escoger entre una mayor gama de productos", afirma Fischer Boel. En el análisis coinciden las cinco amas de casa a las que soitu.es le ha planteado la cuestión de si comprarían estos productos de formas raras. "Si el producto mantiene la calidad y es más barato, no me importa la forma. Lo compraría".

Sin embargo, esta reacción no parece que haya calado en ciertos círculos del sector hortofrutícula. soitu.es se ha trasladado a uno de los mercados más exquisitos de Madrid, el de Chamartín, para tantear a sus fruteros. La opinión general es que las cosas no van a cambiar demasiado. "Si los clientes piden, yo lo pongo a la venta, pero no creo que tenga mucho éxito. Las personas compran los productos si les entran por el ojo. Si el producto es feo, creo que van a preferir no comerlo", explica Alfonso Consuegra.

"Un mismo producto tiene diferentes categorías y precios para servir a las preferencias y necesidades de cada uno. Será sólo una etiqueta más", dice Fernando Martín Iglesias, dueño de la frutería Iglesias. "Las frutas feas son más baratas, pero seguirán siendo tiradas a la basura si el precio final no cubre los costes de transporte y embalaje", completa Martín Iglesias.

El portavoz comunitario de Agricultura, Michael Mann, explica que hasta ahora las frutas y hortalizas que eran descartadas para la venta por su forma o tamaño se destinaban a la transformación o "acababan en la basura" y afirma que el cambio que permitirá la eliminación de la norma será "bueno para los precios".