Soluciones para los futuros tres millones de parados

MADRID.-  El paro es uno de los problemas que más preocupa a la sociedad y las administraciones españolas. Y es que las previsiones no son nada halagüeñas —en octubre se superaron los 2,8 millones y se espera que la cifra siga creciendo—. Según el Servicio de Estudios del BBVA, la tasa de desempleo alcanzará el 15,4% en 2009. Con este panorama, el economista jefe de la entidad financiera, José Luis Escrivá, propone una reforma del mercado laboral para aumentar la competitividad en medio de una crisis internacional que ya se presume como la "más aguda de las últimas décadas".

Pero la idea de reformar el mercado laboral no es nueva. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ya hablaba de ella a mediados del pasado agosto, sólo que no en los términos que propone la entidad que dirige Francisco González. Entonces, Mafo hacía hincapié en la necesidad de "acentuar el grado de flexibilización del mercado de trabajo, tanto en lo que se refiere a la movilidad geográfica, sectorial y funcional de los empleados, para disminuir las consecuencias de la caída de la demanda de trabajo en el sector de la construcción, como en la formación de salarios, para facilitar el ajuste de costes y precios relativos entre sectores".

La propuesta del BBVA, sin embargo, va más allá. Habla de un recorte de los costes laborales. ¿Cómo? Disminuyendo "las cotizaciones sociales", lo que, en opinión de Escrivá, impulsaría "la actividad y el empleo" en el corto plazo porque supondría menos gastos para las empresas, y podría convertirse en una situación permanente si se acompañase de otros cambios, como el incremento del IVA en los productos de consumo interno y el abaratamiento de los que salen al exterior. Así, explica este experto, se reduciría el gasto, se fomentaría el ahorro y aumentarían los ingresos externos. A largo plazo, sin embargo la solución vendría de la mano de la mejora de la productividad, apostando por nuevos sectores alejados del 'ladrillo' y por la I+D.

Disminuir el déficit exterior

Para acabar con el déficit exterior, otro de los grandes problemas que aquejan a la economía española, el BBVA considera necesario reducir la dependencia energética y aumentar la competitividad. De lo contrario, nuestro país se verá "en una situación mucho más vulnerable ante la crisis". ¿Por qué? Por la elevada dependencia de financiación exterior, provocada por una disminución del ahorro y un aumento de las inversiones y el consumo durante los años de bonanza, cuando los tipos de interés estaban bajos. Ahora, con la incertidumbre y el miedo que rigen los mercados económicos internacionales, las primas de riesgo que se exigen por asegurar el cobro de los créditos interbancarios se han disparado. De hecho, sólo en intereses externos nuestro país debe ya el equivalente a 3 puntos del PIB, según Escrivá.

Este experto propone fomentar el ahorro, incluso con medidas fiscales que aumenten el déficit público. De hecho, Escrivá apunta que estaremos sin superávit público y registrando déficit "durante varios años", llegando incluso a superar el 3% de déficit.

Está claro que las alegrías de los años precedentes ya no van a volver, y tanto el consumo interno de las familias, como el de las empresas, se está viendo reducido por las restricciones de crédito y por el miedo al paro y a un mercado económico internacional incierto. Según el BBVA, es muy posible que el crédito se restrinja aún más en 2009, pese a las medidas adoptadas por el Gobierno, ya que las inyecciones de liquidez de los bancos centrales a las entidades financieras "se han revelado insuficientes hasta el momento" para garantizar la fluidez del crédito a las familias y empresas, que es el objetivo principal. La buena noticia, según los expertos, es que esta situación favorecerá el ahorro.

También resulta positivo que los tipos sigan bajando —Escrivá calcula que el euribor podría acabar 2009 por debajo del 2,5%—. Más aún en un país como el nuestro, donde en los últimos años las hipotecas y los créditos a los empresarios han crecido como setas, y teniendo en cuenta que la mayoría de ellos están referenciados a tipo variable.

Mirando la bola de cristal

Con este panorama, las previsiones, según Escrivá, resultan "harto difíciles". Sin embargo, su informe concluye que la economía española crecerá un 1,3% en 2008 y se contraerá un 1% en 2009, mientras que la tasa de paro se elevará al 15,4% en 2009. El área euro, por su parte, registrará en 2009 una caída del PIB en torno a medio punto, lo que incidirá en las exportaciones españolas, que caerán por un descenso del consumo y del poder adquisitivo internacional.

Estas previsiones del Servicio de Estudios del BBVA son bastantes más pesimistas que las que aún mantiene el Ejecutivo, que sitúan el incremento del PIB en el 1,6% en 2008 y en el 1% en 2009, y se alinean con las publicadas por otros organismos, como Funcas, el FMI o la propia Comisión Europea. No obstante, el secretario de Estado de Economía, David Vegara, avanzaba a primera hora de hoy que el Gobierno revisará "con riesgos a la baja" la previsión de crecimiento del PIB en 2009, al tiempo que considera "razonable" esperar que la economía decrezca un 0,2% en el tercer trimestre de este año. Por el lado positivo, ha avanzado que el IPC cerrará 2008 por debajo del 3%.

Con tantas cifras negativas e incertidumbre en el mercado, a más de uno le gustaría tener una bola de cristal para saber cuándo va a acabar esta crisis y cuándo volveremos a la normalidad. De momento, los expertos prevén que el 'ajuste de cinturón' será largo. Escrivá, por ejemplo, considera que la recuperación de la economía española "será lenta", y que el PIB español no registrará crecimientos positivos hasta mediados de 2010, aunque ese año todavía se prevé "complicado en términos de paro".