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Los hombres de Obama que nos sacarán del atolladero

  • Hay que familiarizarse con viejas glorias como Larry Summers o Robert E. Rubin
  • Sus asesores más jóvenes darán un paso al frente: Timothy Geithner, Austan Goolsbee...
Por ANA R. CAÑIL (SOITU.ES)
Actualizado 06-11-2008 08:56 CET

La crisis económica ha sido el detonante final para aupar a Barack Obama al sillón del despacho oval de la Casa Blanca, convirtiéndose así en el primer presidente negro de Estados Unidos. Y la economía se convertirá también en su principal escollo en los próximos años. Nunca, nadie, por más que los prebostes y sabios económicos traten de calmar a una crisis globalizada en todo el planeta, se había enfrentado a una situación tan grave. Al menos no desde que existen datos económicos concretos en los últimos 150 años. La Gran Depresión de 1929 es, para muchos expertos que no se atreven a decirlo en público para no alarmar, una crisis adolescente comparada con lo que tenemos encima.

Con este panorama, lo primero que se espera que haga Obama en horas o como mucho días es poner a su excelente equipo de asesores económicos a ultimar los detalles y colaborar con lo que queda de la Administración Bush, con el actual secretario del Tesoro, Paulson, para decidir qué se hace sobre ese plan de estímulo, que requiere otros 160.000 millones de dólares. ¿Se puede esperar hasta el 20 de enero, cuando Obama tome posesión de su cargo? Dudosamente ¿y cómo se hará si no? Habrá que esperar a los próximos días.

Mientras tanto, más vale que nos vayamos familiarizando con las caras de algunos de los hombres que han sido clave —y lo serán— en los consejos y la estrategia que en la crisis económica ha desarrollado el senador por Illinois.

Empecemos por el trío de famosos: Larry Summers, ex secretario del Tesoro con Bill Clinton, el asesor número uno de entre las bambalinas. A continuación hay que mencionar a Robert E. Rubin, otro ex secretario del Tesoro, antecesor del propio Summers, que ocupó el cargo justo antes de Summers —en España sería el ministro de Economía, y por cierto el nuestro ministro, Solbes, les conoce a ambos— . Y el tercer nombre sonoro es el de Paul Volcker, el que fuera presidente de la Reserva Federal con Jimmy Carter y Ronald Reagan.

Hasta aquí los tres ases con práctica en la política económica, por no mencionar a varios premios Nobel comoJoseph Stiglitz, Daniel L. Mc Fadden o Robert Solow. Atrás quedan otros muchos nombres clave que han aconsejado y apoyado a Obama durante estos 22 meses, como el más reciente Paul Krugman —ya hablaremos luego del Nobel bloguero más famoso del mundo—, aquellos que han logrado que ante el tsunami financiero —luego económico— el mulato de Illinois mantuviera la calma.

De hecho, una foto publicada a finales del mes de julio, cuando se avecinaba la hecatombe de Lehman Brothers, y donde Obama estaba retratado con Volcker, Summers, Rubin y hasta el más famoso financiero, el hombre más ricos del mundo, Warren Buffet, dio la vuelta en los mass media y resultó un bálsamo de confianza para quienes tenían dudas sobre la capacidad económica de Obama, tal y como recuerda el catedrático de Economía Emilio Ontiveros.

Viejos a la sombra, jóvenes al frente

Ocurre sin embargo que todos los nombres mencionados hasta ahora pertenecen a personajes respetados, pero muchos de ellos hace tiempo que han rebasado los 60 años, e incluso los 70, como el mismo Volcker o el Nobel Solow. Por eso, la apuesta es que Obama mantendrá a los asesores de la tercera edad en la sombra, mientras los jóvenes más o menos de su generación —de 50 0 55 hacía atrás—, serán los que tendrán que dar un paso al frente en breve. Y de entre todos ellos, ahí van los nombres que más suenan para cubrir el puesto del actual secretario del Tesoro, Henry Paulson, u otros cargos con responsabilidades sociales muy importantes en las políticas que va a llevar a cabo el nuevo señor del ala oeste de la Casa Blanca.

Las primeras posiciones las tiene tomadas Timothy Geithner, el presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, un técnico y pragmático personaje, que ha estado ayudando al actual presidente de la FED, Ben Bernanke, a plantar cara a la actual crisis económica.

Pero también hay nombres menos conocidos, como el de Jason Furman, formalmente el coordinador de la Política Económica y de los asesores de Obama, que ha trabajado todo este tiempo pegado a Rubin. Claro que Furman tan sólo tiene 37 años y puede ir a parar a otros cargos económicos. Su formación de economista, experto en temas de presupuesto en la Broking Institution y Hamilton School, además de sus posiciones demócratas, le convierten en un tipo con futuro.

"Rubin tiene 68 años —uno más que yo -explica el economista y presidente del Centro for Economic Policy Research, de Londres, Guillermo de la Dehesa— y somos amigos hace años. Sospecho, tengo mis dudas, vamos, de que vaya a estar en un cargo como el del Tesoro, pero seguirá asesorando en un momento tan malo". De la Dehesa opina que como Rubin, Summers y Volcker harán lo mismo, y se recurrirá a nombres más jóvenes, a una generación de demócratas, como el del citado Furman.

En cuanto al Nobel Paul Krugman, ya se han calmado los ánimos que hace unas semanas le situaban como el ministro del Tesoro de Obama. Todo fue a raíz de una pregunta lanzada por The New York Times sobre quién debería ser secretario del Tesoro y el nombre de Krugman obtuvo un éxito clamoroso. Lo mismo sucedió poco después con la cuestión en The Guardian, donde los británicos también votaron por el primer nobel económico más bloguero de la historia.

Fue el mismo Krugman quien rechazó cualquier posibilidad —él estuvo ayudando a Hillary Clinton— y así los subrayó en su influyente blog, aunque algunos de los expertos consultados no descartan que Obama y Krugman se reserven tal decisión para cuando Ben Bernanke, el actual presidente de la Reserva Federal, deje el cargo, lo que sucederá el 31 de enero del 2010.

Aunque en un año en la situación actual de crisis y a la velocidad que transcurren los acontecimientos, Krugman puede perder el puesto en pos de algún joven de los muchos que están en la lista de Obama. Porque el estilo del primer presidente negro de los Estados Unidos está aún por desvelar en muchos de sus aspectos, pero se sabe también cuales son sus preferencias. Y entre sus favoritos, por estilo y formas, se encuentra Austan Goolsbee, un profesor de economía de la Universidad de Chicago formalmente nombrado "senior economic policy advisor" de los asesores del presidente mulato, que encarna todo lo que significa la nueva era de la globalización.

Goolsbee es otro economista internetero, excelente bloguero, experto en temas de salud y en los estudios y propuestas de Obama para dar cobertura y reformar el sistema sanitario y médico de EEUU, uno de los motores de la campaña del futuro presidente. Además es colaborador en Chicago de Steven D. Levitt, autor del famoso libro Freakonomics, un texto que fue una revolución entre los jóvenes economistas y en la red, y resulta un fiasco en palabras de los seniors.

¿Que si Obama no tiene ninguna chica para la economía? Sí, seguro. La más conocida es Karen Kornbluh, experta en mercados internacionales y en políticas de familia.

Como es imposible seguir con los candidatos a tanto cargos económicos, ya sólo merece la pena que retengan los nombres de David Cutler y Jeff Liebman, otro economista de Harvard, otro experto en políticas sociales, seguridad social e impuestos.

Claves de su política económica

Ya tenemos los nombres económicos del presidente. ¿Y qué hay de sus intenciones? Para olisquear por dónde irán los tiros en la política económica de la administración Obama conviene echar un vistazo a la tribuna que se está tomando como referencia, publicada en el Herald Tribune un día antes de la victoria del senador de Ilinois.

Para resumir, extraemos algunas ideas fundamentales. La primera, la del intervencionismo. En este texto sus asesores y durante la larga campaña electoral el propio Obama han dejado claro como el agua que EEUU necesita inversión en áreas críticas como la educación, la salud, la energía o la formación profesional.

Otra de sus prioridades más cantadas es la de la restauración de un régimen fiscal sano, de ahí su presumible apuesta por una política fiscal firme y restringida, aunque en esta tribuna del Herald Tribune se abren puertas a ciertas medidas que puedan estimular la economía.

Respecto al controvertido plan de rescate de Bush, más conocido como el de los 700.000 millones de dólares, en principio, los 'obamistas' le dan su apoyo, pero sugieren la aplicación de castigos al sector financiero si no se recupera la inversión del contribuyente. Los gurús de cabecera de Obama no esconden sus críticas y recelos respectos al sistema financiero actual y arremeten abiertamente contra el desigual y peligroso reparto de beneficios, que enriqueció escandolasamente a algunos, pero no se filtró a las familias. Apuntan como una de las causas de este desequilibrio a la debilidad de los sindicatos y traen al economista John Kenneth Galbraith cuando mencionan la necesidad de un pacto y una negociación colectiva que se alíe con los trabajadores para negociar su parte de ese pastel del crecimiento que ellos ayudan a producir.

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