WASHINGTON.- El hecho de que los demócratas controlen la Casa Blanca, el Senado y la Cámara de Representantes en el próximo ciclo, no es buena señal para algunos norteamericanos. Es más, uno de los últimos argumentos de McCain para llevarse la presidencia fue el mal trabajo de los demócratas en la Cámara estos dos últimos años, a pesar de tener la mayoría.
"McCain tiene razón, el Congreso cuenta ahora mismo con un nivel de aprobación entre los americanos que es inferior al de Bush. El problema es que es muy difícil mantener el control del Congreso si no cuentas con la presidencia del país también. No es sorprendente que las diferencias con Bush -el presidente tiene derecho a veto- hicieran imposible sacar leyes adelante", declara Allan Lichtman, historiador de política norteamericana y candidato al Senado por el estado de Maryland en 2006.
Durante el último ciclo legislativo, los demócratas han contado con mayoría en el Senado (aunque mínima) y en la Cámara de Representantes, liderada por su portavoz Nancy Pelosi, la primera mujer en llegar a ocupar ese puesto y la primera Italo-americana en ocupar un puesto en la misma. La demócrata es también la segunda en la lista de sucesión del presidente, después del vicepresidente. En estos momentos, y a falta de los resultados definitivos, los demócratas se han hecho con 25 escaños más de los 235 que tenían, con lo que han conseguido una mayoría holgada en la cámara baja, que se compone de 435 congresistas.
Los demócratas, hasta ahora, no contaban con suficiente mayoría de asientos en el Senado ni con la presidencia del país, por lo que para aprobar cualquier ley ratificada por la Cámara necesitaban convencer a senadores republicanos y superar la posibilidad de veto por parte de Bush.
Tras las votaciones de este martes el partido demócrata se asegura la mayoría en el Senado, donde ha logrado pasar de los 51 senadores a los 56 —a falta del escrutinio final—, aunque para tener el control total de la cámara alta y evitar el bloqueo del partido republicano deberían llegar a los 60 senadores, algo que parece improbable ya que deberían ganar los 4 estados que quedan pendientes de recuento.
La idea de que Washington esté controlado por un solo partido asusta a más de uno. En un acto de campaña en Nuevo México el pasado 26 de Octubre, McCain hablaba de sus contrincantes como un "trío peligroso" formado por Obama, Pelosi y el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid. "Ya están organizándose para subir los impuestos, incrementar el gasto y conceder la derrota en Irak", dijo McCain.
La mayoría en el Congreso (Cámara más Senado) y la presidencia abre las puertas a los demócratas para empezar a aprobar leyes que hasta ahora han chocado de bruces con la firma del presidente.
"El cambio se puede notar tan pronto como en los 100 primeros días, si las cámaras están bien coordinadas y tienes un partido unificado. Normalmente, a los presidentes les gusta mostrar los cambios más importantes durante el primer año", explica Lichtman.
Confirmado su cargo al frente de la Cámara por dos años más, el dúo Obama-Pelosi será el encargado de sacar adelante leyes que nunca superaron el veto de Bush, como limitaciones al presupuesto destinado a Irak, la propuesta de proporcionar seguro médico a todos los menores y mujeres embarazadas, la ley que condenaba las prácticas de tortura (ahogamiento simulado) en los interrogatorios a supuestos terroristas o la investigación con células madre.
Al mismo tiempo, una propuesta por parte de los demócratas para retirarse de Irak, por ejemplo, será muy difícil de bloquear por parte de los republicanos en el congreso.
Al trío formado por Obama, Pelosi y Reid se pueden unir otras tres personas con importante poder en Estados Unidos. Tres jueces del Tribunal Supremo están a punto de retirarse y sus sustitutos, con puesto vitalicio, serán elegidos por el nuevo presidente.
El efecto de esta decisión va más allá de una legislatura. "Al decidir las tres personas que ocupen esos asientos, el nuevo presidente está eligiendo cambios que se reflejarán en la próxima generación de norteamericanos", declara Chris Edelson, director legislativo de la organización Human Rights Campaign.
La rapidez con la que lleguen estos cambios depende de dos factores. El primero es la coordinación entre el equipo de Obama, que anunciará en los próximos días, con la administración Bush. El trabajo conjunto se conoce como el período "de transición", entre el 4 de Noviembre y la inauguración el 20 de enero.
El segundo factor es la coordinación de las dos cámaras y el estado en el que se encuentren las leyes que Obama quiera aprobar más rápido. Una retirada de Irak, por ejemplo, se convertiría en la primera promesa cumplida de ser aprobada los próximos meses. La firma de la retirada podrá llegar pronto, pero las tropas, según los expertos, pueden no regresar antes de 2010.
Otras leyes que han chocado con el veto de Bush, preparadas y aprobadas por las dos cámaras, pueden ser aprobadas ahora mucho más rápido. Obama presentará su agenda el 20 de enero, en su discurso de investidura. Tendremos que esperar hasta 2009 para saber si el trío Obama-Pelosi-Reid será tan peligroso como McCain temía.
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