WASHINGTON.- "Conozco a Barack y Michelle desde hace tiempo y sé que consideraron todas las posibilidades antes de lanzar la candidatura a la presidencia. Pero decidieron no ceder al miedo y tomar todas las medidas necesarias para hacer lo que ellos deseaban", declara Charles Ogletree, profesor de Barack y Michelle Obama en Harvard.
Barack Obama cuenta con protección del servicio secreto desde el 3 de mayo, mucho antes que ningún candidato a la presidencia. En anteriores elecciones, los candidatos no han recibido protección del servicio secreto hasta 120 días antes de la noche electoral. Las amenazas sufridas por el candidato durante la campaña electoral abren el interrogante de cómo cambiará la protección otorgada a su presidencia, en comparación con otros líderes.
Desde su victoria en las primarias de Iowa, hasta 12 miembros de seguridad le rodean en todo momento. El mismo número que al presidente Bush. El servicio secreto, que ha gastado 44.000 dólares al día para proteger al candidato, según reveló en exclusiva la cadena ABC, vive ahora una transición para reasignar más de 100 agentes a proteger a Bush y destinar nuevos miembros a proteger al primer presidente afroamericano.
Los rumores y complots de posibles ataques al candidato, y las recomendaciones de amigos y de otros miembros del Congreso llevaron a Obama a aceptar una protección que no quería. El líder demócrata del Congreso, Harry Reid, pidió la protección de los servicios secretos después de que el candidato recibiera amenazas de connotaciones racistas.
"Creo que es un temor con base real, pero también creo que debemos tener mucho cuidado de no exagerarlo, sería un riesgo demasiado grande", declara Ogletree.
Durante las primarias, algunos votantes llegaron a afirmar que tenían miedo de votar al candidato demócrata porque, en caso de que fuera atacado, decían sentirse responsables. Un temor quizás alimentado por las extremas medidas de seguridad sufridas por sus seguidores en todos los actos de campaña.
A la entrada de todos los eventos, el público estaba obligado a mostrar todos los aparatos electrónicos que llevaban y tenerlos encendidos. La visión del candidato a través de las miles de pantallas de cámaras digitales y teléfonos móviles que le tienen en el punto de mira hacían recordar a más de uno el asesinato de Kennedy.
Desde 1960, hasta tres presidentes han sufrido intentos de asesinato en apariciones públicas: John F. Kennedy, Gerald Ford y Ronald Reagan. Y otros cuatro han estado presentes en ataques sin sufrir ninguna herida.
Ogletree, sin embargo, se muestra optimista ante posibles ataques al presidente: "El servicio secreto ha hecho un trabajo excelente en la protección de presidentes y vicepresidentes durante las dos últimas décadas, y sé que seguirán haciendo lo mismo. Barack Obama es muy popular y creo que el interés de la gente va a ser positivo para él, no lo contrario".
El servicio secreto otorga protección a los candidatos a la presidencia y vicepresidencia, ex presidentes y primeras damas (salvo en caso de que éstas vuelvan a casarse), así como familiares cercanos. Durante las primarias, Hillary Clinton era la única candidata que también contaba con protección por tratarse de una ex primera dama.
Para empezar, las autoridades de transporte de Washington, D.C. han autorizado las inspecciones aleatorias en el equipaje de los pasajeros, desde maletas hasta mochilas y bolsos personales. La Casa Blanca está situada en el centro de la ciudad. A unas cuatro manzanas, el FBI, FMI o el Banco Mundial, con la red de metro pasando por debajo.
Tanto el 4 de noviembre como el 20 de enero, día de la toma de posesión, están considerados de máxima alerta o nivel rojo: seria amenaza de un ataque terrorista.
"La iniciativa de inspecciones aleatorias de la jefatura de policía del metro no es nueva. Hemos tratado de aplicarla desde hace muchos años, especialmente después de los ataques del 11 de septiembre, pero la preocupación por los derechos de los pasajeros siempre nos ha detenido", declara Jorge Nevares, portavoz de los servicios de transporte de Washington, D.C.
El sistema de metro de la capital estadounidense es uno de los más libres y abiertos. No hay túneles ni trasbordos y se accede casi directamente desde la calle al andén. No hay policía ni seguridad privada, solo cámaras disuasorias.
De momento, el día de las elecciones y el de la inauguración están considerados de máxima precaución, un nivel de alerta que no podría soportar una ciudad permanentemente. A los ciudadanos, que han enviado miles de mensajes a las autoridades de transporte, no les ha gustado la medida impulsada por las autoridades de metro. Poco a poco veremos si la presencia de Obama en la Casa Blanca les hace cambiar de opinión.
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