Timo Glock, campeón de la GP2 en 2007 y piloto de Toyota. En sus manos (bueno, más bien en sus neumáticos) estuvo el título de 2008. De haber resistido unos metros más, Felipe Massa habría mantenido el santo grial de la F-1 en las vitrinas de Ferrari. Sin embargo, al final fue un McLaren, y más aún, el McLaren pilotado por el hijo deportivo de Ron Dennis quien se acabó llevando el gato al agua. Veamos cómo se comportaron en Brasil los 20 protagonistas del Gran Circo.
Ferrari hizo los deberes en Brasil: ganó y se llevó el mundial de constructores. Sin embargo, el milagro no se produjo, y Massa se ha tenido que conformar con el subcampeonato de pilotos. El brasileño sacó lo mejor de sí mismo en Interlagos. No falló bajo presión ni conduciendo sobre agua (algo habitual en él), hizo la pole y dominó la carrera de la salida al banderazo. Kimi Räikkönen, en cambio, estuvo en la línea de su 2008. Rápido cuando rodaba solo, pero incapaz de adelantar a sus rivales en el momento que debió hacerlo.
La temporada 2008 no podía acabar peor para BMW. El monoplaza de la escudería germana era, a todas luces, el más nervioso sobre la pista paulista, y su ritmo de carrera estaba a años luz del de McLaren, Ferrari, Renault y Toyota. Quedó demostrado en entrenamientos, donde Robert Kubica no logró ni clasificarse entre los diez mejores, y luego en carrera, donde ni él ni su compañero, Nick Heidfeld, pudieron luchar por entrar en la zona de puntos. El castigo a la mala planificación de Mario Theissen se ha hecho esperar, pero ha sido especialmente duro: Kubica entregó el tercer puesto en la tabla de pilotos ante Räikkönen, y Heidfeld regaló el quinto a Alonso.
Por los pelos. El gran error de Lewis Hamilton durante todo el fin de semana fue no ir a ganar, igual que los entrenadores de fútbol que juegan al 0-0. El inglés regló su coche a la defensiva, descargando ala para evitar ser adelantado en la larga recta de Interlagos, lo que le condenaba al sufrimiento en la zona virada. Luego, para redondearlo, renunció a luchar por la pole el sábado, lo que le abocaba a mezclarse en la zona de nervios de la parrilla. Esta suma de despropósitos le dejó descubierto el domingo, donde no se le vio rodar cómodo en ningún momento. ¿Y Kovalainen? Mal, muy mal. Buena parte del sufrimiento de Hamilton en la fase final del Gran Premio hay que buscarlo en los errores del finlandés durante la fase inicial de la carrera, donde fue incapaz de rebasar a Fernando Alonso a pesar de contar con un coche superior. Conclusión: una vez más, no estuvo a la altura del coche que pilota.
Sobre las expectativas. Fernando Alonso dio a Renault el cuarto podio del año y, con él, se regaló el quinto puesto en el mundial de constructores. El asturiano ha sido el mejor en la fase final del mundial, lo que invita a pensar en positivo de cara a la próxima temporada. En Brasil demostró un ritmo excelente en los momentos clave y estuvo bien arropado estratégicamente por su equipo, que ha dejado atrás los errores y malentendidos con los repostajes de la primera fase del año. Este miércoles conoceremos el destino del asturiano en 2009, aunque todo apunta a una campaña más en la escudería gala. En cuanto a Piquet, el brasileño cerró su primer (y puede que último) año en F-1 con un abandono en la primera vuelta. Triste final.
Williams intentó arriesgar con la estrategia en las fases decisivas del Gran Premio, aunque su ritmo estaba a años luz del de los favoritos, y los milagros en esto de la F-1 llegan a cuentagotas. Por otra parte, los pilotos de la escudería de Grove van camino de convertirse en los especialistas en dar empujones a sus rivales en la primera vuelta de los GG.PP. Si en Valencia fue Nakajima con Alonso, esta vez le tocó a Coulthard sufrir el toquecito de gracia de Rosberg.
David Coulthard se despidió de la Fórmula 1 del peor modo posible, con un abandono en la primera vuelta. El escocés disfruta desde esta misma noche de su retiro dorado como empresario hotelero, un mundo donde ya se le ha visto disfrutar de gran éxito desde que a finales de los noventa abriera su primer establecimiento en Mónaco. Mark Webber, por su parte, cerró el año quedándose a las puertas de la zona de puntos. El coche tampoco daba para mucho más.
Todos recordaremos 2008 como el mundial de Timo (o el mundial del Timo, como opinará más de un seguidor de Felipe Massa). Su apuesta por mantener gomas de seco en la fase final del GP fue un verdadero suicidio estratégico, aunque de haber optado por neumáticos intermedios, el alemán habría acabado en la misma posición. Trulli, por su parte, devolvió la ilusión a Toyota con la segunda posición del sábado, la segunda vez que un Toyota se aupaba hasta la primera línea, para luego emborronarla al día siguiente con un trompo al intentar defender su posición frente a Hamilton. Con todo, el de pescara despidió el año desde la zona de puntos.
Toro Rosso luchó como buena escudera de Ferrari desde el principio, casi como si sus pilotos estuvieran luchando por asegurar la renovación del contrato de suministro de motores para 2009… Sebastian Vettel firmó un Gran Premio sensacional y volvió a demostrar que, hoy por hoy, es el mejor piloto sobre agua. El alemán no se arrugó ante Hamilton, y su adelantamiento en la fase final del Gran Premio prueba que estamos ante un futuro campeón del mundo. En cuanto a Bourdais, el francés despidió la temporada con una actuación desafortunada. Timo Glock le sacó de la pista en el 21º paso por meta, apartándole definitivamente de la lucha por la zona de puntos.
Jenson Button disputó en Brasil su carrera número 153; Rubens Barrichello, la 268.
El Force India de Fisichella animó la fase intermedia de la carrera, al resistir los ataques de Hamilton y Trulli durante numerosas vueltas. Ahí acabó el espectáculo. Al final, Fisichella y Sutil ocuparon, respectivamente, la última y penúltima posiciones.
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