El que se mueve no sale en la foto (al menos en la próxima de la próxima Pascua Militar). Eso habrán pensado las direcciones de los dos partidos mayoritarios (Partido Socialista y Partido Popular) que han cerrado filas en torno a la Monarquía y, más en concreto, con la figura de la Reina —protagonista por sus polémicas declaraciones sobre gays, eutanasia o aborto—. Ni una opinión de más, y a quien ose recomendar a sus Majestades un poquito de "silencio institucional", le espera el reproche de sus compañeros y rivales.
Eso es precisamente lo que le pasó ayer a Esteban González Pons —diputado por la mañana, y portavoz del PP por la tarde, según se definió él mismo—, que en una entrevista televisiva, pidió a los miembros de la Familia Real que mantengan "el principio de neutralidad" y guardarse, "como la bandera", de hacer declaraciones. Además, el diputado-portavoz recordó que con sus opiniones, la mujer del Rey había "ofendido a una parte de los españoles, pero también es verdad que representa lo que piensa la otra mitad".
Estas manifestaciones de González Pons —que luego trató de rectificar, echándole la culpa al "corta y pega" de "algunos medios digitales"— tuvieron una rápida respuesta por sus propios compañeros. Su antecesor en el cargo, Gabriel Elorriaga, las calificó de "intolerables". Y también por sus rivales. El secretario de Política Municipal del PSOE, Antonio Hernando, ha pedido esta mañana a Rajoy que "desautorice oficialmente" a su portavoz.
Por el momento no se ha escuchado en las filas socialistas —donde se respira más republicanismo— ninguna voz discordante a la orden de guardar silencio marcada desde el mismo día de la publicación del libro de Pilar Urbano. La secretaria de Política Institucional, Mar Moreno, ya señaló que su partido "no valorará" las declaraciones de la Reina, al no ser "un pronunciamiento oficial".
Desde el Gobierno, tanto el presidente como la vicepresidenta primera coincidieron casi con los mismos términos en sus declaraciones. José Luis Rodríguez Zapatero —en la Cumbre Iberoamericana de El Salvador— destacó que los Reyes "cumplen su función constitucional de manera ejemplar" y aseguró que los españoles "saben muy bien que pueden sentirse muy orgullosos" de cómo la ejercen tanto el Rey como la Reina.
Fernández de la Vega se limitó a destacar que Sofía de Grecia "ha desempeñado su tarea de manera impecable" a lo largo de la democracia y que los Reyes, "cada uno en el papel que les corresponde, han ejercido el mandato constitucional de forma intachable". Ante la insistencia de los periodistas que asistían a la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera contestó a todas las cuestiones con un lapidario "ya he dicho lo que tenía que decir sobre esta cuestión", sin entrar a valorar los comentarios de la Reina.
Sofía de Grecia se ha convertido en protagonista de la polémica —algo que no se había producido en los treinta y tres años de reinado— al publicarse esta semana sus confesiones sobre asuntos sociales y políticos en el libro de Pilar Urbano, 'La reina muy de cerca'. La consorte se muestra contraria a que se llame "matrimonio" a las uniones entre homosexuales, manifiesta su oposición absoluta al aborto o la eutanasia, y cree que es necesario enseñar Religión en las escuelas "como origen de la vida y el mundo".
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