Debbie Purdy tiene 45 años y sufre esclerosis múltiple. Quiere morir y como en el Reino Unido la eutanasia no es legal, se plantea viajar a Suiza junto a su marido para que le asista en su muerte. Sin embargo, la Justicia no se lo está poniendo fácil.
El suicido asistido está tipificado como delito en Reino Unido y acarrea una pena máxima de 14 años de cárcel. Aunque se calcula que más de 100 británicos han viajado hasta la clínica Dignitas de Zúrich para morir desde el año 1992, existe un vacío legal sobre qué ocurre con los acompañantes de estas personas cuando regresan a Gran Bretaña. Purdy pretendía precisamente que la ley aclarase este extremo para poder viajar a Suiza acompañada por su marido.
Sin embargo, el Tribunal Superior de Londres ha decidido no obligar a la Fiscalía a precisar en qué circunstancias una persona puede ser procesada por ayudar a morir a otra en el extranjero. Con este fallo, que podría ser recurrido, teme que su marido, el músico cubano Omar Puente, pueda ser juzgado en el Reino Unido si le acompaña al país helvético.
La Corte ha concluido que la falta de claridad de la Fiscalía al respecto no infringe los derechos humanos de la mujer, como ella alegaba. Purdy se mostró muy descontenta con el fallo: "Aún no sabemos cómo estar seguros de que estamos dentro de la ley, porque realmente no estoy preparada para que Omar rompa la ley, no estoy preparada para que vaya a la cárcel", dijo a su salida del tribunal.
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