San Sebastián.- El cineasta bilbaíno Iñaki Arteta muestra en el documental "El infierno vasco" la "herida abierta" de una treintena de personas que se vieron obligadas a abandonar el País Vasco debido a la presión del terrorismo y de su entorno ideológico.
La película, presentada hoy en San Sebastián después de que ayer se proyectara en la Seminci de Valladolid, reúne los testimonios de cerca de 30 personas de "distintos perfiles intelectuales y profesionales" que en algún momento, entre los primeros años 80 hasta nuestros días, se vieron obligadas a cambiar de residencia para evitar ser asesinadas o simplemente para poder experimentar la libertad.
Empresarios, ertzainas, familiares de políticos, periodistas, profesores universitarios e incluso un sacerdote relatan, desde sus actuales lugares de residencia, las vivencias que rodearon su decisión de exiliarse y expresan el dolor con el que vivieron esta experiencia.
Iñaki Arteta, autor de "Trece entre mil", en la que abordaba los testimonios de las víctimas olvidadas del terrorismo de ETA, ha explicado en la rueda de prensa posterior a la proyección que su película que pretende mostrar "un aspecto de la realidad" que tiene "muchos perfiles", pero que él se ve inclinado a contarlo de nuevo desde el punto de vista de las víctimas.
Arteta ha comentado que resultó difícil recopilar estos testimonios, porque muchos de los exiliados no quieren revelar su actual lugar de residencia, tienen familiares o intereses todavía en el País Vasco o, simplemente, sienten pudor por contar sus vivencias.
El sacerdote Jaime Larrinaga, las periodistas Carmen Gurruchaga y Tonia Etxarri, el ertzaina Teo Santos, el artista Agustín Ibarrola y el profesor Mikel Azurmendi son algunas de las personas que han prestado su testimonio en el filme, que también recoge las experiencias de otras personas sin proyección pública que asimismo se fueron de Euskadi para darse la oportunidad de vivir una nueva vida.
La película viaja en busca de estos vascos exiliados desde Almería hasta Nueva York, pasando por Madrid, Galicia, Palencia, Ávila o Valencia, algunos de los destinos elegidos por estas personas para escapar de la presión terrorista.
Arteta ha señalado que su intención a la hora de contar las historias consiste en que el espectador pueda "empatizar" con las personas que prestan su testimonio, para lo que ha pretendido llegar "a lo más personal".
El director ha relatado que el Ministerio de Cultura no ha concedido ninguna subvención al documental, a pesar de haberlo pedido en tres convocatorias, y ha indicado que ha sido financiado gracias a la colaboración de varias televisiones autonómicas, entre ellas ETB, e incluso ha contado con donaciones privadas recogidas a través de una página web.
Ha manifestado que financiar cine en España resulta muy difícil y más si se trata de un documental, tras lo que ha dicho desconocer si los problemas de financiación de su obra están relacionados con "el tema de la película".
El documental se proyectara mañana en una sesión especial organizada por el Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián, tras la que el director participará en un debate con los espectadores, acompañado por algunas de las personas que aparecen en la película.
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