Fracaso absoluto

Para una vez que nos ponemos a hacer una obra benéfica, va y no sale nada de fundamento. Ni entre todos hemos sido capaces de hacer una propuesta capaz de evitar el uso y la malsonancia de un término tan horroroso como Tecnoemocional. Nos lo tendremos bien merecido.

Quizás el error ha sido que los Glotonios prohibimos la entrada a los soplagaitas. No queríamos que la tontería y el discurso inútil inundara los comentarios, más que nada, para no despistarnos demasiado y perder el tiempo. Pero del deseo al hecho, va un trecho que parece un abismo. No deberíamos haber asustado a nadie y permitir la participación de todo dios, tontos del culo incluídos. Es bien sabido que, a veces, es de las grietas de la imperfección de donde surgen las flores.

Con la salvedad del ya conocido y descartado Cocina Recreación que propone Huidobro, poco más aporta nuestra consulta.

En fin, querido Pau, que, por nuestra parte quedas libre de toda culpa o, mejor dicho, que la compartiremos contigo cada vez que llegue a nuestros oídos ese engendro de Cocina tecnoemocional que has inventado. No nos gusta nada, pero como en una tormenta de ideas de esas que frecuentan los ejecutivos creativos, nasti de plasti. Rien de rien.

Nos lo tenemos merecido, por capullos y por tener menos imaginación que un tapón de corcho.

Sin que sirva de precedente: !Viva la Cocina tecnoemocional!