MADRID.- El ex presidente del Gobierno José María Aznar y el jefe del Estado checo, Vaclav Klaus, negaron hoy que la lucha contra el cambio climático, fenómeno "científicamente cuestionable", sea uno de los principales retos de la comunidad internacional, por lo que se opusieron a destinar "cientos de miles de millones de euros" a este objetivo, más aún en el contexto actual de crisis económica mundial.
Aznar, presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), presentó hoy en Madrid el libro de Klaus 'Planeta azul (no verde)', que edita la editorial Gota a Gota de la Fundación y en el que Klaus, cuyo país asumirá la presidencia de la UE en el primer semestre de 2009, subraya que no existe un consenso unánime sobre el fenómeno del cambio climático y también pone en duda que la actividad humana sea la culpable del calentamiento global.
"En estos tiempos de enfriamiento global de la economía internacional y de amenaza de una nueva glaciación en la economía nacional, en uno de esos ciclos econo-climáticos que se suceden cada vez que un Gobierno socialista llega al poder en España, los abanderados del apocalipsis climático exigen dedicar cientos de miles de millones de euros" a causas "tan científicamente cuestionables en su viabilidad como ser capaces de mantener la temperatura del planeta Tierra dentro de un centenar de años", denunció Aznar.
Bajo su punto de vista, "el problema aquí, como muy bien muestra el presidente Klaus en este libro, es que poco o nada tienen que ver con la ciencia buena parte de los abanderados del apocalipsis climático", cuyos "fieles devotos quieren ven en la hoguera a todo aquel que, como Vaclav Klaus, discrepa de la nueva religión".
Como dato que permite al menos, según Aznar, dudar sobre el peso de la acción del hombre en el cambio climático mencionó que recientemente "científicos de prestigio mundial han certificado que hace 15.000 años dos grandes ríos tan caudalosos como el Nilo cruzaban el Sáhara y desembocaban en el Mediterráneo, y que desaparecieron unos cuantos siglos antes de Cristo, es decir, un poco antes de que la actividad industrial humana comenzara a emitir CO2 en el planeta".
AZNAR, ECOLOGISTA
Aznar quiso subrayar que él no es un "negacionista del cambio climático", sino que simplemente desconoce "si hay un cambio climático en el que es -o no- determinante la acción del hombre". Además, se definió como "ecologista si el ecologismo significa conservar el medio ambiente, preservar nuestros bosques, sostener la biodiversidad, reciclar, ahorrar energía".
El presidente de FAES también se mostró a favor de "investigar sobre nuevas fuentes energéticas" y trabajar por "reforzar el mix energético de países tan dependientes como España con una energía limpia y segura, como la energía nuclear".
Aznar recomendó la lectura del libro de Klaus porque "invita a pensar", a pesar del "riesgo" que, a su juicio, tiene invitar a pensar "en este país".
Klaus compartió con Aznar la necesidad de proteger el medio ambiente, pero quiso distinguir entre esto y un "intento irracional" de cambiar el clima basándose en la "doctrina del calentamiento global" que "hace un mal uso de algunos elementos de la investigación científica" para "controlar el mundo".
El presidente checo intentó desmontar algunas de las afirmaciones sobre las que se sustenta esta doctrina. En primer lugar, discrepó de la idea de que nos encontremos ante un "calentamiento global" del planeta "sin precedentes" y cuyo origen sea la acción del hombre.
Klaus afirmó que ese calentamiento no es global, desde el momento en que "sólo se presenta en las zonas frías del planeta, no en las tropicales". También negó que nos encontremos ante un calentamiento de "magnitud excesiva" ni que se deba sólo a la acción del hombre y al aumento de las emisiones de CO2.
MANIPULADOS POR AL GORE
Sin embargo, destacó, los gobiernos están aceptando el "alarmismo medioambiental" porque, en su opinión, la gente ha sido "manipulada de forma burda" por el premio Nobel y ex vicepresidente estadounidense Al Gore.
En opinión de Klaus, lo que se encuentra en "peligro" no es el clima, "que está bien", sino la "libertad", que se está viendo amenazada por la intervención de los gobiernos en las vidas de los individuos. En su opinión, el propio mercado y los avances técnicos serán suficientes para dar respuesta a este "leve" aumento de la temperatura en la Tierra.
Klaus también alertó sobre el hecho de que, detrás de muchos de los abanderados de la lucha contra el cambio climático, existen intereses empresariales y advirtió de que una cuestión tan importante como el medio ambiente no se debe dejar en manos de los ecologistas, igual que las cuestiones sociales no hay que "dejarlas en manos de los socialistas".
No obstante, confió en que la actual crisis financiera mundial motive a los ciudadanos a pensarse "dos veces" en qué quieren que gasten su dinero los gobiernos.
Por otra parte, Klaus arremetió contra aquellos políticos europeos y estadounidenses, sin citar nombres, que, con una "reacción excesiva" ante la crisis financiera han "desestabilizado aún más los mercados".
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