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Una historia de "vendettas" agita las aguas de la política británica

EFE
Actualizado 22-10-2008 14:13 CET

Londres.-  Una historia de "vendettas" personales entre un destacado ministro laborista y un aspirante a ministro de Economía por la oposición conservadora agita hoy las aguas de la política británica.

Es un cuento de indiscreciones sobre lo que uno y otro hablaron durante unas vacaciones veraniegas en la isla griega de Corfú, en la que ambos gozaron de la hospitalidad del hombre más rico de Rusia, Oleg Deripaska, conocido como el Rey del Aluminio.

Sus protagonistas son el ex comisario europeo de Comercio y desde hace poco flamante ministro de Empresa del Gobierno laborista, Peter Mandelson, y George Osborne, considerado el asesor económico del líder del Partido conservador, David Cameron, con un financiero de la vieja familia de los Rothschild como testigo privilegiado.

Según ha trascendido, en el transcurso de una conversación este verano en una taberna de Corfú, Mandelson, que no había sido aún llamado para formar parte del Gobierno, reconoció ante su colega conservador que el primer ministro, Gordon Brown, podría ser fácilmente acusado de haber presidido "una cultura política de endeudamiento".

Confesión por confesión, Osborne le habló a su rival político de las resistencias que manifestaban los activistas "tories" a las recetas modernizadoras que trataba de imponerles Cameron.

Dos días después de que Brown, en un claro intento de inyectar dinamismo a su Gobierno, nombrase al hasta entonces comisario de Bruselas nuevo ministro de Empresa de su Gobierno laborista, el dominical "The Sunday Times" publicó una información según la cual Mandelson había "puesto como chupa de dómine" al Primer Ministro.

El periódico no citaba a Osborne como fuente de la información, pero el mismo día en se publicó la noticia, éste expresó a la televisión su sorpresa por el hecho de que Mandelson -que había tenido siempre relaciones más que frías con Brown- hubiese aceptado formar parte de su gabinete.

"Es un Gobierno dividido y disfuncional, y con Peter Mandelson, va a ser todavía más disfuncional y va a estar aún más dividido", dijo Osborne.

Mandelson, un político que en una etapa anterior había tenido que dimitir dos veces como ministro de Tony Blair por supuestas irregularidades, se ha visto además acusado de beneficiarse de la hospitalidad de Deripaska en momentos en que la empresa acerera del oligarca ruso tenía problemas arancelarios con Bruselas.

Fuentes laboristas advirtieron hace unos días de que los "tories" estaban jugando con fuego porque en Corfú habían ocurrido muchas cosas no relacionadas sólo con Mandelson e insinuaron que Osborne terminaría arrepintiéndose de sus indiscreciones.

La aparente "vendetta" tomó la forma de una carta publicada el martes en el diario "The Times" por Nathaniel Rothschild, un viejo amigo de Osborne, con quien estudió en su día en Oxford, y actual presidente de un fondo de inversiones llamado "Atticus Capital".

En su carta, Rothschild acusaba a Osborne de haber invitado al recaudador principal de los "tories", Andrew Feldman, a subir con él al lujoso yate de Deripaska para tratar de una posible donación del magnate ruso al Partido Conservador.

Según Rothschild, "como Deripaska no es ciudadano británico", y le está prohibido por lo tanto hacer donaciones a los partidos del Reino Unido, "Feldman sugirió en una conversación posterior en la que Deripaska no estaba presente" que el dinero se canalizase a través de "Leyland Daf", una empresa del ruso en Gran Bretaña.

Osborne negó el martes mediante un comunicado haber aceptado o solicitado donación alguna del oligarca ruso y hoy el propio Cameron defendió a su más estrecho colaborador al asegurar que "hizo bien" al no aceptar ningún dinero del millonario.

Sin embargo, Rothschild se ha ratificado en su versión de los hechos y afirma que tiene un testigo de la conversación a James Goodwin, ex asesor del anterior presidente de Estados Unidos Bill Clinton.

Según varios medios británicos, las últimas revelaciones obedecen a una rabieta de Rothschild, que se sintió defraudado por el hecho de que su amigo Osborne hubiese revelado a la prensa los comentarios "venenosos", pero confidenciales, de Mandelson sobre Gordon Brown.

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