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El primer ministro escocés defiende la decisión de excarcelar al terrorista

EFE
Actualizado 23-08-2009 15:20 CET

Londres.-  El primer ministro escocés, Alex Salmond, defendió hoy la decisión de excarcelar al terrorista libio condenado a cadena perpetua por la muerte de 270 personas en el atentado contra un avión de Pan Am que sobrevolaba Lockerbie (Escocia).

En declaraciones a la BBC, Salmond respondió a una durísima carta del director del FBI, Robert Mueller, al ministro escocés de Justicia, Kenny McAskell, señalando que la decisión tomada por su Gobierno fue "la correcta" y por "motivos igualmente correctos".

En su carta, saltándose todos los modos diplomáticos, Mueller calificó la liberación, el jueves, del libio Abdelbaset Ali Al Megrahi, que padece un cáncer de próstata en fase terminal, de "burla de la justicia" y "grave equivocación", que alegrará, dijo, a los terroristas de todo el mundo.

Mueller, que fue fiscal antes de ser nombrado al frente del FBI, desempeñó en su día un papel clave en la investigación del atentado de 1988, el peor de la historia del Reino Unido, lo que explica su especial indignación.

En su respuesta, Salmond insistió hoy en que la decisión de liberar a Al Megrahi por razones humanitarias se ajustó plenamente a el sistema legal escocés, que establece la posibilidad de liberar a un detenido por "compasión",

Agregó que la polémica medida estuvo precedida de amplias consultas con las familias de las numerosas víctimas norteamericanas del atentado y con políticos de ese país, incluida la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

Según Salmond, Escocia tiene una "fuerte" y "duradera" relación con Estados Unidos, lo que no significa, dijo, que "tengamos que estar siempre de acuerdo".

El ministro de Justicia tendrá que responder la próxima semana de su acción a las preguntas que le formularán otros diputados del Parlamento escocés.

El ex primer ministro y hoy diputado laborista escocés Jack McConnell afirmó por su parte que tocará al Parlamento de Edimburgo limitar algo del daño causado internacionalmente por la decisión de excarcelar a libio.

El primer ministro británico, Gordon Brown, ha mantenido hasta ahora silencio y ha dejado que hablaran en cambio sus ministros de Exteriores, David Miliband, y de la Empresa, Peter Mandelson, quienes han negado categóricamente cualquier pacto secreto con Trípoli vinculado a intereses económicos para liberar al terrorista.

Mandelson calificó el sábado de "ofensiva" cualquier insinuación en el sentido de que en la excarcelación de Al Megrahi tras cumplir sólo ocho años de su condena a cadena perpetua, hubiesen pesado los intereses económicos británicos en Libia.

Fuentes de Downing Street confirmaron anoche que el primer ministro británico, Gordon Brown, trató de la posible liberación de Megrahi con el coronel Gadafi en la entrevista que mantuvieron ambos al margen de la cumbre del G8 del mes pasado en Italia.

Una carta de Brown al gobernante libio con fecha del pasado jueves y de la que hoy informa el dominical reza así: "Cuando nos entrevistamos, le dije que, si el Gobierno escocés decidía el regreso de Megrahi a Libia, ello debería constituir una ocasión familiar y puramente privada".

Algo que no ocurrió, sin embargo, para consternación del Gobierno de Londres, ya que el terrorista libio fue acogido triunfalmente a su llegada a Trípoli y fue recibido incluso junto a su familia por el coronel Gadafi en presencia de las cámaras de televisión.

Según The Sunday Telegraph, Peter Mandelson tendrá que explicar un día sus relaciones con el hijo de Gadafi, de 37 años, de quien muchos piensan que sucederá en el poder al coronel.

Algunos amigos multimillonarios mantienen relaciones más estrechas con el hijo de Gadafi de lo que se cree, afirma el periódico.

Este verano, Saif Gadafi dio una fiesta por su 37 cumpleaños a la que invitó, entre otros, al oligarca ruso Oleg Deripaska y al financiero británico Nat Rothschild, ambos amigos de Mandelson.

La fiesta se celebró en Montenegro, país de la antigua Yugoslavia cuyos intereses ha apoyado Mandelson y en el que tanto Deripaska como Rothschild hacen también negocios, asegura el periódico.

El año pasado, Nat Rothshild agasajó a su vez al hijo de Gadafi con una fiesta en Nueva York.

Peter Mandelson ha mantenido además al menos dos entrevistas con Saif Gadafi en los cuatro últimos meses, la última vez durante unas vacaciones en la isla griega de Corfú, donde trató aunque de modo somero el tema del terrorista libio, según reconoció él mismo.

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