MADRID.- Que el alquiler no 'se lleva' en España no es nada nuevo, y que el Gobierno quiere invertir esta tendencia, tampoco. A la renta básica de emancipación, la creación de diez nuevos juzgados específicos y la mejora fiscal para los inquilinos se une ahora el desahucio exprés. Esta iniciativa del Estado aún tardará meses en llegar, pues está previsto que entre en vigor en 2009, tras la aprobación del anteproyecto de Ley de Medidas de Fomento del Alquiler de Viviendas y la Eficiencia Energética. La semana pasada el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) le dio el visto bueno, y aunque su informe no es vinculante, allana el camino en la tramitación que se inicia ahora para su aprobación definitiva en el Congreso.
Generalmente, el miedo a dar con un inquilino moroso y verse envuelto en largos procesos judiciales para recuperar una propiedad es el principal escollo a salvar para fomentar los alquileres en nuestro país. "Los propietarios estamos desvalidos", comenta David, que tiene un piso en Madrid alquilado a cinco estudiantes de Erasmus. En su caso, no ha tenido problemas de impagos, porque "al ser estudiantes, los padres responden como avales"; de todos modos, ha preferido mantener la cuota de alquiler, sin subirlo ni un ápice desde hace cuatro años, antes de cambiar de inquilinos. "Eso me da tranquilidad, porque en cada cambio te la juegas", explica.
Josefa y Francisco no tuvieron tanta suerte. Tardaron casi dos años y medio en echar de su casa al inquilino que había dejado de pagar el alquiler. "Los procesos se alargaban porque no abría la puerta cuando se presentaban del juzgado para darle la notificación con la fecha del juicio, y había que aplazarlo. Luego nos metió un perro en la casa, y antes de desahuciarle tenía que presentarse un funcionario de la perrera, que se hiciese cargo del animal... Fue una tortura, y al final nos dejó el piso destrozado", cuenta Josefa. Después de aquello, decidieron vender el piso y no volver a alquilar jamás.
Y su caso no es único. Según las estadísticas del INE, el año pasado se registraron en España 25.327 demandas judiciales relacionadas con el alquiler de vivienda, de las que casi el 90% estaban relacionadas con el impago de la renta. Y esta tendencia viene de lejos: 2006 y 2005 registraron cifras similares.
En la actualidad, un proceso de desahucio puede durar "desde un mínimo de seis meses hasta más allá de año y medio", afirma la abogada Ana Pagès, aunque la media ronda los 9-10 meses, según su colega Luis Javier Vidal, de CMS Albiñana & Suárez de Lezo. Hoy por hoy, el proceso es el que sigue:
Resumiento, que si no ha habido problemas, el inquilino debería estar desalojado en el plazo de seis meses, pero las apretadas agendas judiciales, y los problemas que surgen a lo largo del proceso lo suelen alargar, en el mejor de los casos, hasta los nueve meses, según Vidal.
Con las modificaciones legislativas que ahora se pretenden introducir, y que afectarán a la Ley de Enjuiciamiento Civil y a la Ley de Arrendamientos Urbanos, los cambios en el proceso serán los siguientes:
Y para no dejar desprotegido al inquilino, la ley prevé que si el propietario no ha ocupado la vivienda en el plazo de tres meses desde la extinción del contrato de alquiler, éste tendrá que pagarle el importe de los gastos producidos por el desahucio, o una cantidad igual al importe de la renta por pagar hasta el cumplimiento del contrato, así como otorgarle un nuevo periodo de alquiler de hasta cinco años si lo solicita.
Según Vidal, "con la nueva ley se conseguirá reducir los plazos legales y, por tanto, el tiempo en que el propietario de un piso está sin cobrar", pero nada más. E Íscar aún va más allá, ya que cree que estos cambios "no van a solucionar absolutamente nada". En su opinión, "mientras no se solucione el problema de las notificaciones, los procesos de desahucio seguirán alargándose en el tiempo". Y puede que no le falte razón, ya que el máximo órgano de gobierno de los jueces sólo ha puesto esta 'pega' al anteproyecto, recomendando que se extreme la comunicación a los inquilinos antes de iniciar los trámites, para evitar que haya arrendatarios que no tengan conocimiento de la demanda, lo que retrasaría el proceso.
Mientras tanto, lo mejor para alquilar con mayor seguridad es, según los expertos, contratar un seguro de impagos, solicitar avales personales o bancarios, o firmar un contrato de arbitraje.
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