Afirman fuentes de toda solvencia que Sitges va camino de recuperar su etiqueta 'Fantástico' y de 'Terror', que deberá tal vez añadir a 'Cine de Cataluña' y al mínimo denominador común, que es 'Sitges'. O sea que va a ser, en las siglas, FICFTCS-fecha-: Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror de Cataluña Sitges dos mil y pico y lo que venga, hasta el 999.999, que entraremos en el año 1.000.000 y se podrá dedicar la edición a Raquel Welch. En un millón de años.
Mientras tanto, Sitges se sigue debatiendo entre tendencias varias.
Arrancamos con 'The Good, The Bad and The Weird': 'El Bueno, el Malo y el Rarito'. Mucho menos lograda de lo que lo fue el año pasado 'Sukiyaki Western Django', el 'Far East' vuelve con sólo acción, humor coreano aquí de pequeño calibre y una música mezcla de un Morricone hortera (que tuvo sus momentos) y guitarra y percusión españolas que quieren competir en ese campo. De guión, poco, y ese poco, confuso. Chavales musculosos haciendo piruetas sobre el bolsillo de los espectadores.
'La possibilité d'une île'. Que alguien te lleve al cine significa que aún no eres lo bastante mayor para ir tú solo. Dependes de los otros. Michel Houellebecq, de quien ya se había llevado al cine 'Ampliación del campo de batalla', se lleva él a sí mismo. Y elige la película: profeta itinerante del presente continuo que predica la juventud sin límites por mediación de los extraterrestres, los 'Elohim': los Dios del Antiguo Testamento (quien sienta curiosidad, y si es que todavía lo encuentra en algún sitio, que lea 'La era de Acuario', de Jean Sendy: un clásico). Lo que no queda claro es el papel de los 'Elohim' en este asunto, ni por qué acaba 'el niño' solo y tan desmejorado, ni para qué quieres vivir eternamente de sol y agua, que a lo mejor eso es lo que le pasa. Fábula sobre cueva de Ikea en paisaje volcánico que te hace echar de menos el cine al que te llevaban de pequeño.
'Chelsea On The Rocks'. Docudrama reivindicativo acerca del famoso hotel neoyorkino que por lo menos lo preservará para el futuro. Con mucho, lo mejor del día.
'Tale 52'. Viaje al interior de la cabeza de uno donde están todos los tiempos en potencia y la ilusión de cambiarlos si te pones a ello. Pareja de tragedia (los actores, muy bien elegidos, se podría jurar que nunca han sonreído) se enfrenta a su propio desgaste. Lo que Penélope teje en la vigilia, Iasonas lo desteje cuando duerme: 'Elm Street' a la griega.
Al contrario, en Sitges empieza a quedar claro que dormir es el más dulce de los sueños.
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