Berlín.- La canciller alemana, Angela Merkel, achacó hoy a la "codicia" y la "mala gestión" la actual crisis financiera y apostó por crear nuevos mecanismos de control bancario para prevenir situaciones similares en el futuro.
"La situación es seria, más de lo que nunca lo fue", dijo Merkel, ante la cámara baja del Parlamento (Bundestag). No cabe ocultar la realidad -dijo-, sino que hay que actuar desde una doble perspectiva: con intervenciones inmediatas y más a largo plazo.
Entre las medidas de acción inmediata "e imprescindibles" resaltó el paquete de ayuda acordado el pasado fin de semana, casi in extremis, para salvar al Hypo Real Estate (HRE) de la quiebra y evitar el consiguiente descalabro en las Bolsas.
"Había que salvar una situación de emergencia", dijo Merkel, para defender una operación rescate consistente en ampliar a 50.000 millones de euros -de los 35.000 inicialmente previstos, pocos días atrás.
Merkel hizo hincapié en que los ahorros del ciudadano están a cubierto y que nadie debe temer por sus depósitos, insistiendo así en lo que ha sido la máxima de la canciller desde que estalló la crisis del HRE.
La economía alemana "es robusta" y está capacitada para hacer frente a la situación, afirmó Merkel.
Apuntó a la necesidad de reestructurar los mecanismos de control bancario y reconoció que la cooperación del organismo de supervisión (Bafin) y el Banco Central debe ser "más eficiente", de forma que puedan responder con mayor rapidez en caso de crisis.
Con ello reaccionó a las múltiples críticas que se han escuchado estos días, sobre todo desde las filas de la oposición, a la mala gestión del Bafin, que no actuó a tiempo ante la crisis.
Merkel subrayó, sin embargo, que en este punto no hay que actuar con precipitación, sino buscar que las mejoras se produzcan también a escala europea e internacional.
Se reafirmó en sus críticas a Irlanda, por el camino emprendido para atajar su propia crisis financiera. Reiteró asimismo que no puede haber un "paraguas común" -eufemismo de fondo común- para atajar los problemas de los 27 miembros de la UE, aunque sí, dijo, unas políticas concertadas y un mejor control sobre el mercado.
"Es imprescindible recuperar la confianza en los mercados".
Merkel dijo que algunos de los "mecanismos correctivos" ya hicieron efecto -con la dimisión, hoy, del presidente del banco HRE, Georg Funke, cuya cabeza había exigido de forma más que explícita el ministro de Finanzas, Peer Steinbrück-. Y dejó en la inconcreción cuáles serían las medidas no tan inmediatas, sino de cara al futuro.
Merkel convirtió así una declaración ante el Parlamento convocada para hablar sobre la crisis financiera, sus efectos y posibles soluciones, en una especie de "bálsamo" al ahorrador de a pie.
Ya el pasado fin de semana, dejó entrever que la garantía estatal abarca la totalidad de los depósitos privados -568.000 millones de euros- y que tal garantía al ahorrador no es coyuntural.
Pero, tal como ocurrió en la reunión de crisis del domingo, entre responsables de la banca, de su gobierno y del Banco Central Europeo (BCE), en el ministerio de Finanzas, tampoco ante el Parlamento Merkel pronunció la palabra "garantía estatal" ni precisó sus detalles.
El jefe de la oposición liberal, Guido Weesterwelle, vio con el discurso de Merkel reforzadas sus acusaciones de los últimos días de que el gobierno no haber hecho más que reaccionar a la crisis y no haber seguido una política de prevención.
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