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Aumenta la presión en Flandes para que dimita el primer ministro Leterme

EFE
Actualizado 23-09-2008 13:59 CET

Bruselas.-  Al día siguiente de la pérdida del apoyo de los nacionalistas flamencos aumentan las presiones en Flandes para que dimita el primer ministro belga, el democristiano flamenco Yves Leterme.

Varios medios de comunicación afirman hoy que los principales dirigentes de su partido (CD&V) trataron el domingo de convencer a Leterme de que dimitiera, pero él se negó argumentando que una segunda renuncia significaría su muerte política.

El primer ministro ha cancelado hoy su viaje a Nueva York, donde tenía previsto asistir a la Asamblea general de la ONU, para concentrarse en la situación política interna, según ha confirmado su portavoz, citado por la agencia Belga.

Toda la prensa flamenca subraya el hecho de que el Gobierno encabezado por Leterme no cuenta ya con apoyo flamenco suficiente en el Parlamento federal.

No puede ser que Leterme, que siempre rechazó un Gobierno nacional sin mayoría flamenca, "se conforme con uno que dependa del favor y la gracia de los francófonos", escribe hoy el diario "Gazet van Antwerpen".

Después de la retirada del apoyo de los nacionalistas conservadores (N-VA) y de la dimisión del único ministro de este partido en el Ejecutivo flamenco, Geert Bourgeois, la prensa flamenca coincide en que la exitosa alianza electoral forjada por Leterme y este último ha llegado "de facto" a su fin.

"Leterme lo ha perdido todo", afirma De Standaard: "no hay reforma del Estado, ni escisión del distrito electoral de Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV), ni una buena gestión, ni una mayoría flamenca en el Gobierno, ni el cartel CD&V/N-VA", por lo que el primer ministro se queda con un "gran problema de credibilidad".

Según el socialista "De Morgen", Leterme tiene tres opciones: seguir con un Gobierno amputado por el lado flamenco, lo que iría en contra de sus promesas; buscar el apoyo de los socialistas (SP.a), que no se han mostrado propensos a aceptar; o presentar su dimisión.

"Lo único que queda claro es que la crisis todavía no ha acabado", concluye el comentarista político de este diario.

El portazo de sus socios soberanistas debilita a Leterme en Flandes, pero permite al menos iniciar el diálogo entre las dos comunidades del país, flamencos y francófonos, para una nueva descentralización del Estado.

Los francófonos han acogido como una victoria la ruptura del CD&V con los independentistas flamencos.

El N-VA decidió el pasado domingo no tomar parte en las negociaciones nacionales por considerar que el esquema propuesto por los tres mediadores no garantiza una reforma sustancial del Estado.

Sin el N-VA, el Gobierno flamenco decidió ayer, por el contrario, participar en el diálogo, que estará encabezado del lado flamenco por el presidente regional, correligionario y rival de Leterme, Kris Peeters.

Los tres mediadores -el ex presidente de la región-capital de Bruselas Francois-Xavier de Donnea, el europarlamentario valón Raymond Langendries y el presidente de la comunidad germanófona, Karl-Heinz Lambertz, todos ellos pertenecientes a partidos del sur del país- hablaban en su nota de una reforma que conduzca al "reequilibrio del centro de gravedad institucional" en Bélgica.

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