Pekín.- Los atletas paralímpicos continuaron hoy su racha triunfal al colgarse 13 nuevas medallas, entre ellas seis oros que colocan a la delegación española en un brillante séptimo puesto del medallero, por encima de Sudáfrica, a la que supera en el total de preseas.
En una jornada colosal, el ciclismo en carretera fue una mina de oro, plata y bronce, pero sobre todo de metales dorados, ya que hasta en tres ocasiones subieron los ciclistas españoles a lo más alto del podio.
En Changping, Javier Otxoa, en la contrarreloj categoría CP 3, y César Neira, en la de CP 4, lograron sendos triunfos en la sesión matutina.
Otxoa, ex ciclista profesional al que un atropello durante un entrenamiento dejó con parálisis cerebral, logró resarcirse de su actuación en pista y cumplió un objetivo para el que se había preparado durante todo el año.
"He entrenado toda la temporada para ganar la contrarreloj y a ver si mañana puedo ganar también (la prueba de fondo en carretera)" señaló el ciclista, que perdió a su gemelo Ricardo en el mismo accidente, ocurrido en febrero de 2001 en una carretera de Málaga.
Por su parte, el madrileño Neira, con parálisis cerebral, salió exultante del circuito y afirmó sin tapujos que la Unión Ciclista Internacional (UCI) debería tener recorridos como el de Changpin ya que "aunque seamos paralímpicos, cojos o mancos, todos andamos igual".
"Yo iba a 55-56 (kilómetros) por hora en algunos momentos, que es algo a lo que puede ir cualquier profesional", declaró tras la "dura" prueba de 24,8 kilómetros en la que registró 35:53.
El tercer oro sirvió para cerrar la jornada y lo obtuvo el dúo catalán formado por Christian Venge, y su guía, el piloto David Llauradó, en la contrarreloj categoría B&VI, reservada a corredores con minusvalías visuales.
Además de los tres oros mencionados, Juan José Méndez y Vicente Arzo se colgaron la plata en la contrarreloj categoría LC 4 y la de ciclismo manual categoría C, respectivamente, mientras que Roberto Alcaide obtuvo el bronce en la de LC 2.
Si Changpin fue una mina de oro, el Cubo de Agua no se quedó corto, pues allí España sumó hoy otros tres oros y una plata.
Al canario Enhamed Enhamed ya le llaman el chico de oro después de conseguir su tercera presea dorada, esta vez con solvencia en la prueba de los 100 metros libre S11, reservada para nadadores completamente ciegos, y con un tiempo de 57.64.
El español, hijo de inmigrantes procedentes de El Aaiún, en el Sahara Occidental, ganó también las pruebas de los 100 libres y los 100 mariposa, y aspira aún a conseguir el oro en los 400 estilo, aunque no podrá superar a Michael Phelps.
"Los Paralímpicos tenemos un límite de pruebas", dijo Enhamed, que sabe que nunca podría disputar ochos oros.
"Lo que Phelps hizo es muy complicado, pero si él lo ha conseguido, nosotros, con muchísimo esfuerzo también lo podemos lograr", añadió.
Por su parte, el nadador español Ricardo Ten pulverizó el récord del mundo de los 100 metros braza en categoría SB4 con una marca de 1:36.61, rebajando en más de medio segundo su propia plusmarca mundial (1:37.24) lograda hace seis años en Argentina y logró repetir el oro logrado en Sydney 2000.
"Se lo dedico a todo el equipo que está aquí en Pekín y al que se ha quedado en Valencia, pero sobre todo a mis dos hijos y a mi mujer, que se ha quedado allí con un bebé recién nacido", explicó el campeón paralímpico.
El nadador catalán Jesús Collado también se llevó un oro, con récord del mundo incluido, tras imponerse en la final de los 400 libre categoría S9 al parar el crono en 4:17.02.
"Sabía que estaba a un buen nivel", añadió tranquilo Collado, quien mañana cumple 29 años y que con la de hoy suma ya seis medallas paralímpicas en su palmarés.
Antes, la zaragozana María Teresa Perales continuó con su festival y se subió al podio por cuarta vez, esta vez con una plata al cuello, al acabar segunda contra todo pronóstico en los 100 braza SB4, con un tiempo de 2:01.25, por detrás de la checa Bela Hlavackova.
"Esta medalla de verdad que no me la esperaba. Entré (en la final) con el quinto tiempo y no me creía capaz de bajarlo", dijo la atleta parapléjica, que es fisioterapeuta y ex diputada en el Parlamento de Aragón.
Mientras, en la boccia, la delegación paralímpica española logró embolsarse dos medallas, entre ellas una meritoria plata tras perder con contundencia (8-1) ante Corea del Sur, el "Dream Team" de este deporte, en la final de pareja BC3, para deportistas con parálisis cerebral.
"Esta es una plata que sabe a oro", sentenció el seleccionador nacional Álvaro Galán.
"Para que la gente lo entienda, una final España-Corea en canaleta es como la final de baloncesto EEUU-España. Tuvimos esperanzas hasta que la realidad se impuso", declaró Galán para dar una idea del valor de esta plata.
Por su parte, el combinado español en categoría BC1 y BC2, se impuso por 5-4 a China en el partido por la medalla de bronce, un resultado que supo a poco a los jugadores españoles.
"Fue un partido muy trabado. Sabíamos que iba a ser un partido de tanteo corto y muy apretado, como así ha sido", explicó Pedro Cordero, para quien el resultado final "no reflejó el juego que hacemos".
Mientras, en el Nido de Pájaro, ante más de 50.000 espectadores, el atleta catalán Xavi Porras se colgó el bronce en triple salto en una prueba en la que el chino Duan Li, con 13,71 metros, batió la plusmarca mundial que tenía el español José Manuel Rodríguez desde 1998.
Pese a aspirar al oro, Porras se mostró satisfecho con el resultado y con su ambición ya que "cuando vas a por el oro, te puede pasar esto", y ya espera al domingo para repetir presea en el salto de longitud.
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