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Móviles: no recomendados para menores de 12 años

  • Los teléfonos móviles pueden provocar ansiedad, adicción y falta de concentración
  • Las empresas telefónicas han centrado su objetivo de mercado en los niños pequeños
  • Los menores son los más susceptibles a ser víctimas de timos telefónicos
Por MARGARITA LAZARO (SOITU.ES)
Actualizado 12-09-2008 12:04 CET

Aunque todavía hay mucha gente a la que le sorprende, que un niño tenga un móvil ya no es una novedad. Según la Encuesta de Infancia en España 2008, realizada por la Fundación SM, la Universidad Pontificia Comillas-ICAI-ICADE y el Movimiento Junior AC, el 43% de los menores de entre 6 y 11 años lo tienen. Y la cifra sube entre los adolescentes. En la franja de 12 a 14 años, se calcula que lo tienen 8 de cada 10.

No tener móvil se ha convertido en un problema para los menores de la casa. Tras el boom de la telefonía inalámbrica entre los adultos, fueron los adolescentes los que lo empezaron a pedir un terminal. Y ahora, que ya lo tienen la mayoría, lo hacen los más pequeños. La razón, según el psiquiatra Paulino Castells, es que "los teléfonos se han convertido en un nuevo juego". La prueba está, según dice, en que hay "muchos juguetes que imitan las terminales de teléfono, con los mismos sonidos y luces que las de los mayores". Además, los niños — incluso los adolescentes— "no quieren el teléfono para hablar", lo usan sobre todo "para hacer fotos, mandarse mensajes y bajarse canciones y juegos".

Para la organización de consumidores FACUA, parte de la culpa de este 'boom' la tienen las multinacionales de telefonía. Su afán por seguir ampliando su cuota de mercado les ha llevado a "enriquecerse a costa de niños cada vez más pequeños". Un ejemplo es el móvil que sacó Imaginarium en colaboración con Movistar, Mo1, o el teléfono Disney que vende Vodafone. Juan Manuel Romero, vicepresidente de Adiciones Digitales, apoya la idea de FACUA y asegura que en parte es "normal" porque la cuota de mercado ya está cubierta y centrándose en los niños las compañías garantizan "futuros clientes". Según el último informe de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), la penetración del móvil en España roza el 110%.

Y lógicamente, los padres también tienen mucha culpa. Los teléfonos se han convertido en una moda "innecesaria" ya que son muy raros los casos de niños menores de 11 años que están sin la compañía de un adulto. En estas edades, sólo algunas excepciones lo justifican —niños con ciertas enfermedades o menores que viven en aldeas remotas y caminan todos los días varios kilómetros para llegar al colegio—. Por eso, si tienen una terminal es porque muchos progenitores los regalan para "mitigar el sentimiento de culpabilidad que tienen" por estar todo el día fuera de casa. Al fin y al cabo, según la Encuesta de Infancia en España 2008, el 27% de los niños españoles se siente solo.

Cambia la cosa cuando hablamos de adolescentes. Aunque tampoco sea necesario el propio psiquiatra entiende que el 83% de los niños entre 12 y 14 años tengan un teléfono. "Muchas veces el no tener un aparato telefónico les puede marginar dentro del grupo de amigos", asegura Castells. El psiquiatra recomienda retrasar lo máximo posible la edad de adquisición aunque "llega un momento en que no hay más remedio". No dice una edad ideal pero "a partir de los 12 se podría comprender" su adquisición. La Unión de Consumidores de España (UCE) sin embargo aconseja "esperar a los 14-16" ya que la adolescencia es "una edad complicada y el móvil, entre otras cosas, puede generar enfrentamientos con los padres".

Adicción y otros problemas

Innecesarios por una parte y problemáticos por otra. Juan Manuel Romero insiste en que los móviles "generan adicciones" porque muchos niños no pueden pasar sin ellos. Algo que pasa también en los mayores pero "los niños son mucho más vulnerables". Según la UCE, "cada vez hay más casos de adicción a nuevas tecnologías, sobre todo entre adolescentes". Sin ir más lejos, en el mes de junio, dos niños de 12 y 13 años de Lérida tuvieron que ser sometidos a tratamiento en el Centro de Salud Mental Infantil y Juvenil de la ciudad por adicción al teléfono móvil y al Messenger. Aún así, Castells insiste en que son casos puntuales y se dan en niños que "serían adictos a cualquier tipo de pantalla".

Según FACUA, los niños tienen también más probabilidades de sentir ansiedad si se les "olvida, pierde o si no pueden usar el teléfono porque se quedan sin cobertura o batería". Juan Manuel añade que puede ser un problema el que "un amigo no les conteste un sms porque muchas veces se sienten no queridos". Por no hablar del MP3 que "provoca problemas de oído por lo alto que lo llevan". Y también de concentración en el colegio porque "lo escuchan a tope cuando van a clase y luego les cuesta prestar atención. De las seis horas, al final rinden tres".

Paulino Castells habla también de la pérdida de la comunicación cara a cara ya que el teléfono limita el contacto directo que es "tan importante entre las personas". "Yo he visto en cafeterías a niñas hablándose por el teléfono móvil", dice. Los niños además son más susceptibles a ser víctimas de timos telefónicos y "luego está lo del bullyng" ya que utilizan las cámaras del teléfono "para grabar palizas a compañeros y colgarlas en internet".

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