Zaragoza.- La secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, ha propuesto hoy que algunas de las condenas a trabajos en beneficio de la comunidad se lleven a cabo en el recinto de la Expo, en tareas de mantenimiento o de jardinería, por ejemplo, una vez acabada la muestra internacional.
Gallizo se ha reunido hoy en el pabellón de Iniciativas Ciudadanas El Faro con entidades y asociaciones dedicadas a la atención a la población reclusa, y tras la reunión ha formulado esta idea ante los medios de comunicación.
El objetivo sería, ha precisado, que quienes deban reparar un daño infringido a la sociedad, siempre que no sean grandes delitos, lo hagan trabajando "en beneficio de todos", con tareas que también podrían conseguir una más rápida reintegración social de estas personas.
Muchas veces, ha agregado Gallizo, es "más útil" el cumplimiento de penas en sociedad que en un medio cerrado.
Pero la forma en la que éste se lleva a cabo debe de establecerse en la propia comunidad, por parte de los ayuntamientos, las autonomías u otras instituciones.
Gallizo ha reconocido que hay un "déficit importante" de este tipo de puestos y que por eso está interesada en aprovechar las necesidades que generan los nuevos espacios que Zaragoza ha incorporado a su fisionomía urbana.
La secretaria general también ha alabado el programa "+ Ziudadanía", puesto en marcha por El Faro para acercar la Expo a colectivos con especiales dificultades, entre ellos los presos, y que ha permitido que veintiocho reclusos de la cárcel de Daroca pudieran visitar el recinto de Ranillas.
Estas salidas, ha precisado Gallizo, forman parte de la política de reinserción de Instituciones Penitenciarias, en cumplimiento del objetivo de que el preso, cuando vuelva a la sociedad, lo haga "en las mejores condiciones posibles".
Por parte de las asociaciones de atención a los presos, Carlos Piñeiroa se ha mostrado satisfecho con la reunión con Gallizo, que probablemente tendrá continuidad.
Piñeiroa ha explicado que el sistema penitenciario sólo responde a políticas de seguridad y se basa en un modelo de departamentos estancos que no contribuyen a facilitar la reinserción.
Además, en prisión siguen estando "los más pobres entre los pobres", algo que queda demostrado al compara el número de presos en España, el más alto de Europa, con el bajo índice de criminalidad, por lo que ha instado a "repensar" el modelo de la privación de libertad.
Otro representante de asociaciones de atención a los presos, Pedro Santisteban, por su parte, ha llamado la atención sobre la necesidad de implantar una "red social para la reinserción", que se traduce en la adopción de medidas de apertura como ampliación del tercer grado, de permisos o de penas alternativas.
En la actualidad, ha dicho, hay presos que acumulan veinte años de cárcel sin haber cometido delitos de sangre, lo que se puede entender como una "cadena perpetua encubierta" que impide la reinserción.
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