Sin apenas lanzamientos, con los profesionales del sector en ferias donde presentan las novedades para Navidad y el público en la playa, lo que queda de verano también puede ser una tiempo para jugar: sobre todo si aparece por la puerta de atrás una obra maestra: ‘Braid’.
Nunca me ha convencido eso de ir con la consola portátil a todas partes, y las de sobremesa pesan demasiado como para llevártelas al camping. Pero aún así el verano es largo, y en esas interminables noches calurosas hay tiempo para echarse buenas partiditas. Ante la ausencia de novedades, suele ser época de desempolvar juegos que no has tenido tiempo o paciencia para acabártelos antes. Este verano los lanzamientos más importantes han sido:
Pero el más sobresaliente de todos ha sido de nuevo un lanzamiento online y por la puerta trasera: ‘Braid’.
Protagonizado por el personaje con menos carisma de la historia, no sólo es el más interesante de los juegos aparecidos este verano, sino que está entre lo mejor del año. A primera vista parece un plataformas en 2D, pero pronto descubres que es un puzle. Y también un cuento perverso.
Los preciosos gráficos 2D de ‘Braid’ ocultan un juego que se puede jugar a varios niveles. Como plataformas o como un complejo enigma en el que manipulamos el tiempo para por medio de paradojas resolver los puzles. Como plataformas sería un juego colorista y divertido, aunque simple y corto. Como rompecabezas, es apasionante: por el escenario hay repartidas piezas de varios puzzles, y para alcanzar el objetivo final —encontrarlas todas y ordenarlas para formar cinco imágenes— tendremos que sudar de lo lindo.
Es imposible hablar de ‘Braid’ sin hacerlo al mismo tiempo de Super Mario Bros. Jonathan Blow reconoce su herencia con varios guiños a las aventuras del fontanero, como el dragón que nos avisa al completar cada nivel de que la princesa está en otro castillo. Braid podría ser visto como el reverso de Super Mario World —el mejor juego de plataformas 2D—. Jugar a Braid es mirar al interior del mecanismo que mueve un juego como Super Mario y manipular sus reglas. Para empezar, no hay vidas, ni muertes. Si nos caemos bastará con pulsar el botón ‘X’ para retroceder en el tiempo hasta un momento en el que estuviésemos a salvo. No es un juego de habilidad, aunque en determinados momentos se exija. El reto es a nuestra concepción del espacio-tiempo y a la causalidad.
Braid sólo tiene sentido como juego. Exige continuamente olvidar lo aprendido y replantearte las cosas, pero consigue hacerlo fluidamente, sin que suponga ningún trauma para el jugador. Es complicado, pero nunca imposible, y con una apariencia tan clara y bonita que te hace sentir como un niño, a pesar de que su fondo es retorcidamente adulto. Establece una relación de fidelidad con el usuario, ya que nunca traiciona sus propias reglas, y cuando alcanzas una pieza te sientes como si hubieses mejorado no sólo en el juego, sino en tu forma de pensar.
La última fase es quizás el mejor ejemplo de escritura para videojuego: para que consideremos que un juego está muy bien escrito no deberíamos exigir texto o una planificación cinematográfica, sino algo así. Contar una idea a través de la mecánica del juego.
Braid es el juego de XBLA más valorado por la crítica internacional, incluso por encima de la mayor parte del catálogo de Xbox 360 y, sorprendentemente, también es el que más se ha vendido durante su primera semana. A pesar de que Jonathan Blow se ha mostrado crítico con las presiones de Microsoft para que Braid cumpliese los numerosos requisitos del sello XBLA, también reconoce en la misma entrevista que ha tenido una libertad creativa total en cuanto al diseño del juego. Por eso ha conseguido Microsoft que su tienda de distribución online sea tan respetada: es el punto de encuentro perfecto entre los clásicos arcade y la experimentación.
De momento, el juego estará en exclusiva en el bazar de Xbox 360, pero próximamente aparecerá en PC y puede que en PS Store. Eso sí, Blow ya ha aclarado que donde no saldrá es en WiiWare, ya que entre otras cosas ocupa demasiada memoria como para ser almacenada en la Wii.
‘Braid’ es una obra maestra, pero no lo es ni por lo bien hecho que está ni por la profunda carga filosófica que encierra, sino porque además de ser el más innovador también es el más divertido y apasionante. Imprescindible.
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