Zaragoza.- El presidente de Aquitania, Alain Rousset, ha fijado hoy en 2015 la fecha de reapertura del tráfico internacional de la línea ferroviaria de Canfranc, un proyecto "lleno de simbolismo" en el que el Gobierno de Aragón está invirtiendo más de 70 millones de euros.
El presidente aragonés, Marcelino Iglesias, y el de la región francesa de Aquitania han mantenido una reunión en Zaragoza, con motivo de la visita de Alain Rousset a la Exposición Internacional, y en ella, además de transportes y comunicaciones entre los dos países, han hablado sobre otras cuestiones, como universidad, empresarios y sindicatos.
Rousset ha insistido en que la línea del Canfranc podría estar abierta para el año 2015, mientras que la reapertura del tramo entre Oloron y Bedous se prevé para 2010, y ha dicho que Europa debe ver "con buenos ojos" este proyecto "lleno de simbolismo", que se podrá reabrir -a su juicio- debido a que ya había una infraestructura anterior.
Por su parte, Iglesias ha recordado que el Gobierno autonómico ya está haciendo un trabajo "importante" en esta infraestructura, que el tren "cada día llega a la frontera" con Francia, y ha advertido de que ya se pueden ver las obras "sobre el terreno" en el tramo Caldearenas-Jaca y en la Estación Internacional de Canfranc, fruto de una inversión superior a 70 millones de euros.
Los dos dirigentes han acordado mantener otro encuentro en Burdeos, en una fecha aún por determinar, para debatir profundamente sobre esta cuestión y otras que afectan a las dos regiones, que mantienen una buena relación de vecindad y amistad, ha indicado Iglesias.
El presidente aragonés, además, participará en la Conferencia de Regiones Marítimas y periféricas de la Unión Europea, que tendrá lugar los días 1, 2 y 3 de octubre en Bayona, donde hablará sobre "Cohesión y transporte".
Preguntado por los medios de comunicación sobre la Travesía Central del Pirineo, Iglesias ha explicado que se trata de un proyecto "complementario" del Canfranc y no "contradictorio", mientras que Rousset ha hecho hincapié en que su puesta en marcha necesita apoyo estatal y también europeo.
Una de las cuestiones en la que ambos presidentes han discrepado ha sido la imposición de un peaje en el túnel fronterizo del Somport, una posibilidad que apoya el francés, sobre todo para las mercancías peligrosas, y que rechaza el aragonés, ya que a su juicio sería "complicado", y se ha mostrado partidario de la financiación pública.
En este sentido, Rousset ha apostado por reflexionar sobre ello y sobre la tendencia que se marca en Europa, plasmada en el cobro de "ecotasas".
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