Suma y sigue el número de incidencias en las centrales nucleares españolas. Las últimas alertas han saltado este domingo en la central nuclear de Vandellós II, donde se ha producido un incendio en un generador eléctrico que ha tardado una hora y 40 minutos en ser extinguido, y en Santa María de Garoña, Burgos, donde se ha notificado la parada del reactor por anomalías. Estas son las últimas dos que se suman al rosario de incidencias registradas en los últimos meses: primero fue Ascó, después Almaraz, Cofrentes, Vandellós, Garoña y ahora de nuevo Vandellós II y Garoña. ¿Es normal esta cantidad de problemas?
Al menos ocho nuevas incidencias se han notificado este verano en las centrales nucleares, una cifra que hay que sumar a las 34 registradas por el Consejo de Seguridad Nacional (CSN) en los primeros seis meses del año. La mayoría de ellas no atenta contra la seguridad ni el medio ambiente (nivel 0) y por el momento, sólo dos incidencias han sido clasificadas con el nivel 1 (anomalía) y otra con el nivel 2 (incidencia) según la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES).
El goteo de notificaciones comenzó en abril, cuando se detectaron en la central nuclear de Ascó (ver álbum), en Tarragona, partículas radiactivas en el exterior de los edificios de la planta y dentro de su emplazamiento. En mayo, la central de Almaraz I, en Cáceres, tuvo problemas con el sistema de incendios mientras la planta se recargaba. En el mes de julio, la central nuclear de Cofrentes, en Valencia, sufrió hasta cuatro incidencias y en Vandellos II (Tarragona) se encontraron partículas radiactivas. En julio y agosto se detectaron fallos en la central nuclear de Santa María de Garoña,en las baterías de suministro lo que le supuso la clasificación de nivel 1. El incendio de Vandellós II del domingo (que ha supuesto la declaración de prealerta de emergencia del Plan de Emergencia Interior -PEI- y la activación del Plan de Emergencia Nuclear de Tarragona -PENTA-). y la parada de hoy de un reactor en la central nuclear de Santa María de Garoña han sido los últimos incidentes registrados (ver comunicado del CSN -en pdf-).
Ecologistas en Acción y Greenpeace han manifestado en un comunicado su preocupación por este incidente. Según estos ambientalistas, "el incendio de Vandellós I, en 1989, que dio lugar a la clausura y desmantelamiento de esta nuclear, también empezó en el generador eléctrico". Ecologistas en Acción considera que se trata de un accidente grave ya que el fuego podría haber llegado a la zona dónde se ubica el reactor, tal y como pasó en Vandellós I. Ante este nuevo incidente, los ecologistas piden "la retirada a la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós (ANAV) del permiso de explotación de las centrales que gestiona (Ascó I y II y Vandellós II) y la paralización cautelar de su funcionamiento por el cúmulo de accidentes que tienen y la irresponsabilidad en la gestión de los mismos", detalla el comunicado.
Para Carlos Bravo, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, "a medida que las centrales envejecen, el número de fallos aumenta" y explica que estos problemas "no deberían darse, estamos en una situación de envejecimiento de las centrales nucleares españolas, donde los fallos reiterados y los sucesos notificables son de esperar". En opinión de este ambientalista, el envejecimiento de las centrales es inevitable. "El problema es que se van deteriorando al mismo tiempo que se degrada la cultura de seguridad y consecuentemente esto propiciará que este año se batan récords de incidencias", asegura Bravo. Por su parte, Francisco Castejón de Ecologistas en Acción, coincide con Bravo, y añade que "nos encontramos en un periodo oscuro de la seguridad nuclear". Para este ambientalista, la reducción de los costes de mantenimiento y plantilla en las centrales y la poca severidad de las sanciones del CSN, son las causas principales de esta situación.
Ante nuestra insistente pregunta de si estos incidentes están ocurriendo o no dentro de una 'cierta normalidad', el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) reafirma que todos estos sucesos que están apareciendo, muchos de ellos sin gravedad, están coincidiendo en un corto periodo de tiempo y por ello se habla más de ello, "pero no hay que preocuparse". Según fuentes de este organismo encargado de vigilar las instalaciones nucleares, lo más importante es que estas incidencias no superen el nivel 1 de la catalogación de la Escala INES e insiste que "todos los sucesos, por poca relevancia y riesgo que supongan, deben ser notificados con lo que ahora se conoce todo lo que ocurre".
Por el momento, la mayoría de los problemas detectados han sido valorados como nivel 0 en la Escala INES, lo que no supone riesgo para la seguridad. No obstante, en lo que llevamos de año, el incidente de Ascó del pasado mes de abril está clasificado de nivel 2, por el cual tendrá que responder su titular, Endesa, con una posible sanción multimillonaria. Además, Ascó I también cuenta con un incidente de radioactividad que le supuso el nivel 1 (anomalía) en abril, y la central nuclear de Santa María de Garoña posee, de forma preliminar, la misma categoría por un problema detectado este mismo mes de agosto. Para el CSN, la causa de los incidentes ocurridos durante estos primeros meses se resumen en problemas de sistemas (43%), operación (35%), imprevistos (24%) y deficiencias (9%).
Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.