¿Se imaginan a Jorge Moragas saludando a Sheryl Crow? ¿O a Brad Pitt enseñando un par de truquillos de interpretación a Hillary Clinton? Todo esto y mucho más podría pasar en un evento político como el que está teniendo lugar en Denver, tras el cual Barack Obama será nombrado candidato demócrata oficialmente. ¿Cómo se sentiría un español en un acto semejante, en pleno corazón de Colorado? ¿Qué se le pasa por la cabeza a un político acostumbrado a los serios y rígidos eventos europeos en un festejo de tal magnitud? El secretario general del PSC-PSOE, Juan Fernando López Aguilar, nos cuenta sus impresiones.
"Se puede decir que Denver está inundado por la ‘Obamanía'", asegura López Aguilar después de pensárselo unos segundos. Da vueltas sobre la misma idea: "Obama es una sensación".
De hecho, lo de Brad y Sheryl no va en broma. Es más, ni siquiera son los únicos. Por las tierras rojas de Colorado —¡Ojo! El cañón está a cientos de kilómetros, en el estado de Arizona— también se han paseado otras caras conocidas como Ben Affleck, Jennifer López, Spike Lee, e incluso los contestatarios y siempre críticos Susan Sarandon y Michael Moore. Los lugareños nunca habían visto a tanta celebrity junta. ¿Será un festival de cine? Mejor. Es la Convención del Partido Demócrata y, su protagonista, el próximo aspirante a la Casa Blanca, es mucho más que una 'starlet'.
Para López Aguilar, todo esto representa "un gran acontecimiento de gran envergadura política" y "una movilización sin precedentes en la capital de Colorado". El secretario general del PSOE recuerda que Denver "es una ciudad rural y la capital de uno de los estados que pueden mover la balanza hacia un lugar u otro" en las próximas elecciones de noviembre. Para él, "Obama es una gran figura, pero habrá que esperar a las elecciones". Hasta el último momento no se sabe, ya que "la política norteamericana tiene unos pilares muy sólidos". Pero, ¿qué tiene Obama que no tengan los demás? "Es un fenómeno mediático que ha partido de cero", observa convencido.
Por lo pronto ha sido lo suficientemente fuerte —‘Strong Enough', como le cantaba Crow tan sólo unas hora antes—, como para arrastrar con garra a cerca de 60.000 personas —entre los cuales hay 3.253 delegados y 855 superdelegados— hasta el macrofestival de la Convención Demócrata, que durará hasta el jueves. ¿Su precio justo? Unos 27,5 millones de euros. No hay ni una calle sin empapelar que no recuerde lo que está pasando allí. "Está todo lleno de carteles, camisetas, pegatinas", comenta López Aguilar.
Con todas sus particularidades, a López Aguilar le cuesta "homologar" este evento, concebido, según él, "con una lógica diferente" a la que rige en la mentalidad europea. Pero, piensa Aguilar, "esto es así. Cualquiera que conozca la política de EEUU lo sabe. Todo es gigantesco, a lo grande, rodeado de un ambiente festivo".
Pero no sólo de fiesta vive el hombre. Durante las primeras horas de la jornada, ha sido el minuto de gloria de otros pesos pesados del Partido Demócrata estadounidense. "Hemos estado con Hillary Clinton, Madeleine Albright, Max Warner, y con otros líderes importantes del partido", cuenta el ex ministro de Justicia. Por la tarde-noche, el plato fuerte del día: Michelle Obama, flamante esposa del candidato, encargada de pronunciar el discurso inaugural en el que exaltó las virtudes de su marido. Por cierto que lo ha hecho acompañada de sus hijas para retratar al padre de familia modelo en pleno ‘prime time’ en Estados Unidos.
A lo largo de estos días, desfilarán también por el costoso escenario, el ex presidente de EEUU Bill Clinton, a punto de convertirse en el primer 'Primer Caballero' consorte de los Estados Unidos, además del recién estrenado candidato a la vicepresidencia, Joe Biden. Todos ellos serán el aperitivo de lujo del plato fuerte, del espectáculo final que vendrá de la mano de Barack Obama. Será el jueves y, en una iniciativa que no se repetía desde los años sesenta con John F. Kennedy —a cuyos parientes, por cierto, también se los ha visto por allí—. Obama cambiará el escenario de la sede de la Convención por el estadio local, el Ivesco Field, en el que caben más de 75.000 personas.
¿Saludar a Obama? "Se puede intentar una ocasión de saludo, pero aquí hay muchas personas", como ex presidentes de países y delegaciones del mundo entero.
En realidad, ésta es más bien "una ocasión para relacionarse". Profundizar en los entresijos de la política estadounidense, que tanto difiere de la política europea, tampoco está de más. "En Estados Unidos, la política mueve mucho dinero, aunque también hay mucho voluntariado", explica López Aguilar tratando de enumerar algunas de las particularidades de la forma de hacer política en ese lado del charco.
Con López Aguilar está el diputado, portavoz de la Comisión mixta Congreso-Senado y patrono de la Fundación Consejo España-Estados Unidos, Juan Moscoso. Pero no son los únicos españoles. "También hay empresas, miembros del PP (en concreto Jorge Moragas, encargado de las Relaciones Internacionales del partido, que aprovechará el viaje para reunirse también con el Partido Republicano)", apunta el secretario del PSOE, que reconoce que apenas se han visto durante la primera jornada. En realidad, comenta López Aguilar, "cada uno hace cosillas por su lado".
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