Trabajar desde casa, horarios más flexibles en oficinas y escuelas y trenes rápidos que conecten los centros urbanos con la periferia, son algunas de las medidas presentadas en un informe aprobado recientemente por el Parlamento Europeo. ¿El objetivo? Lograr una movilidad más sostenible en las ciudades europeas y mitigar el impacto del transporte urbano sobre el medio ambiente.
El texto aprobado hace unos días por los eurodiputados (con 558 votos a favor, 100 en contra y 33 abstenciones) subraya la necesidad de optimizar el flujo de transporte en núcleos urbanos. Con la aplicación de las nuevas medidas -como la de permitir una mayor flexibilidad en los horarios de trabajo-, la UE espera evitar los flujos de transporte innecesarios y las congestiones del tráfico en hora punta.
No es de extrañar que la Eurocámara se preocupe por reducir las emisiones derivadas del transporte, dado que en el conjunto de la Unión Europea, este sector es el segundo consumidor de energía después de la industria, suponiendo el 32% del consumo de energía final.
Además, los diferentes modelos de transporte han crecido de un modo desigual: los desplazamientos por carretera concentran un 44% del transporte de mercancías y un 79% del transporte de pasajeros, y representa el 82% de las emisiones de CO2 del total emitido por el sector transportes, según datos del informe publicado por la Comisión Europea "Libro Blanco: La política europea de transportes de cara al 2010".
Por otra parte, la circulación urbana es la causa del 40% de las emisiones de CO2 y del 70% de las emisiones de otros contaminantes procedentes del transporte por carretera en la Unión Europea, según el "Libro verde. Hacia una nueva cultura de la movilidad urbana" publicado en el 2007 por la Comisión Europea. Como detalla este documento, la congestión del tráfico es uno de los principales problemas de las ciudades europeas, con consecuencias económicas, sociales, sanitarias y medioambientales negativas. En toda Europa, el aumento del tráfico en los centros de las ciudades provoca una congestión crónica con numerosas consecuencias negativas por la pérdida de tiempo y los daños al medio ambiente. Cada año, la economía europea pierde, debido a este fenómeno, en torno a cien mil millones de euros, lo que representa un 1% del PIB de la UE.
A pesar de que sólo un 5% de los ocupados en España son teletrabajadores (frente al 13% de media de la UE), algunas multinacionales llevan ofreciendo a sus empleados desde hace años la posibilidad de trabajar desde casa. En 1995, la compañía informática IBM inició el 'Plan Mobility' que proporcionaba a sus trabajadores ordenadores portátiles y teléfonos móviles para que realizaran su trabajo en el momento y lugar que más les convenía. Al otro lado del charco, en Estados Unidos, la subida del combustible está alentando también la práctica de esta modalidad laboral.
Por otra parte, las nuevas tecnologías permiten el desarrollo de herramientas de comunicación virtual que no precisan de desplazamientos: las videoconferencias, el e-learning o los servicios bancarios electrónicos son otras de las opciones que defienden los diputados europeos. Con todo, el Parlamento de la UE propugna también otras alternativas como la instalación de zonas verdes y de sistemas de tarificación por el uso de la infraestructura viaria.
El informe de la UE incluye la introducción de trenes rápidos como una medida prioritaria para el desarrollo de las grandes ciudades. Este medio de transporte serviría para conectar el centro de las ciudades con terminales fluviales, ferroviarios y aeroportuarios y, sobre todo, con las regiones periféricas, todo ello para evitar el uso del coche privado.
Si partimos del caso de que 75 personas pueden desplazarse en 60 coches o en un autobús, ¿qué es preferible? La Eurocámara reconoce que es necesaria una mejor organización del transporte público no contaminante de pasajeros a corta distancia y piden a las autoridades competentes que realicen este esfuerzo, de modo que solicitan el fomento de cadenas de movilidad sostenible como trayectos a pie o en bicicleta, uso compartido de vehículos, taxis y movilidad pública o colectiva.
La UE debería definir una estrategia global sobre movilidad urbana que conduzca a una disminución del alto índice del uso de coches de particulares y promover la transferencia hacia "modos de transporte sostenible". No obstante, aunque son necesarias reglamentaciones y orientaciones a escala europea, el informe deja claro que la aplicación de éstas depende de las autoridades locales, que deben coordinarse mejor para optimizar el uso de las infraestructuras. Todas estas acciones requieren una financiación adecuada y la UE puede jugar un papel importante en este sentido. El texto exige que en el futuro las subvenciones a proyectos con créditos de la UE estén vinculadas en mayor medida al impacto del transporte sobre el medio ambiente.
¿Qué te parecen estas medidas?
*Vanessa Sánchez es ambientóloga y trabaja en la Fundación Global Nature
(Las conclusiones y puntos de vista reflejados en este artículo son responsabilidad únicamente de su autor y no representan, comprometen, ni obligan a las instituciones a las que pertenece).
Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.