Hace apenas dos meses se presentó el informe de banderas azules de nuestra costa. Ahora, Ecologistas en Acción, muestra la otra cara de la moneda a través del documento 'Banderas Negras 2008. Hipoteca costera'.
Este informe muestra en su décima edición un total de 303 banderas negras y 310 puntos negros, lo que supone un incremento de 28 nuevas banderas y un nuevo punto negro en relación a 2007. Pero ¿qué diferencia hay entre estos dos conceptos? Jorge Sáez, portavoz del área marina de Ecologistas en Acción, nos explica que "una bandera negra se refiere a un caso irreversible, de gran destrucción permanente o de proyectos que ya han comenzado; en cambio, un punto negro hace alusión a un caso puntual o a un proyecto ya aprobado que puede representar una amenaza".
Con todo, este estudio anual de banderas negras es una denuncia pública de aquellos tramos de litoral que sufren vertidos contaminantes, agresiones urbanísticas o cualquier otra actuación que ocasione una pérdida de calidad ambiental.
Para el coordinador de esta organización ecologista, Theo Oberhuber, la principal causa del deterioro de las costas españolas es la intensificación del sector urbanístico, turístico, pesquero y en menor medida del agrario. "Esa intensificación ha supuesto una agresión del entorno costero que pone en riesgo la propia actividad de estos sectores para los próximos años; pronto vamos a sufrir las consecuencias económicas, sociales y ambientales de este modelo económico, hemos hipotecado la costa para los próximos años", explica este ecologista.
Balance de las banderas negras por Comunidad Autónoma:
En esta comunidad destacan la urbanización de Málaga, la construcción y ampliación de puertos deportivos y aquellos proyectos que conllevan la privatización de importantes tramos del litoral con los consiguientes impactos ambientales. El informe señala que aún hoy hay que lamentar casos como el de la playa de Fuentebravía, en el Puerto de Santa María, donde la urbanización salvaje del litoral ha arrasado el hábitat de especies protegidas como el camaleón.
En cuanto a la calidad de las aguas, el documento apunta a que el riesgo de que se produzcan mareas negras es cada vez mayor en las provincias de Huelva y Cádiz, debido al trasiego de sustancias peligrosas y contaminantes en las costas de estas provincias. En concreto, el "peor caso de contaminación industrial de toda Europa se localiza en el Golfo de Cádiz, en la ría de Huelva", según Sáez.
La costa asturiana ha sufrido en los últimos años la construcción masificada de nuevas viviendas. Sólo en la zona oriental se han levantado más de 30.000 nuevas viviendas con el deterioro medioambiental que esto conlleva.
El 'boom' turístico llegó hace años al archipiélago balear. En especial, Mallorca ha sufrido durante los últimos 40 años una gran presión urbanística en su litoral y diversas zonas con un gran interés natural y ecológico han sido urbanizadas. Actualmente el plan territorial de Mallorca incrementa el suelo edificable con unas previsiones urbanísticas de 5.000 hectáreas en 10 años, todo ello, según los ecologistas, en un territorio ya de por si bastante saturado.
En cuanto a la problemática de los campos de golf, actualmente en la isla de Mallorca funcionan 18 campos y se está tramitando la construcción de 16 más, muchos de los cuales van asociados a complejos residenciales y hoteles.
La compensación que se está dando en forma de permutas a hoteles en parques naturales es uno de los problemas más graves de este archipiélago. Esta situación permite ampliar las concesiones administrativas como es el caso del Oliva Beach y el de Tres Islas, a cambio de la propiedad de Lobos. Otro tema importante es la depuración de aguas: el informe indica que las islas canarias suspenden en esta materia. Canarias ha asumido una importante sobrecarga territorial en las zonas litorales de sus cuatro islas más turísticas: Gran Canaria, Lanzarote, Fuerteventura y Tenerife.
Una de las mayores amenazas que sufre el litoral de Cantabria es su excesiva, continuada y acelerada urbanización. Prueba de ello es que actualmente existen 23 sentencias de derribo de diferentes urbanizaciones que afectan a 532 viviendas de cinco municipios costeros: Argoños, Arnuero, Escalante, Piélagos y Miengo.
Además, los ambientalistas explican que se ha aprobado un Plan de Puerto e Instalaciones Portuarias que contempla grandes actuaciones en Castro Urdiales, Laredo, Colindres, Comillas y San Vicente de la Barquera y cuyo objetivo es generar 2.750 atraques nuevos para embarcaciones de recreo, actuaciones que generarán graves impactos ambientales sobre las zonas que se sitúen.
La costa catalana es quizás la costa de la Península Ibérica más desconfigurada y desnaturalizada. Los ecologistas señalan que más del 50% de su superficie está urbanizada y hay un grado de contaminación importante frente a las costas de Barcelona y Tarragona ciudad consecuencia de su importante actividad industrial.
El documento también resalta los graves problemas de erosión costera provocados por los espigones de protección de los puertos, que interrumpen y modifican la dinámica de sedimentos y de corrientes en la costa, y además denuncia que el nuevo plan de puertos, que habilitará 6.000 nuevos amarres, no ayuda en nada a solucionar este problema.
La Playa de la Ribera ostenta la bandera negra al estar gravemente afectada por una actuación de "regeneración" que llevó a cabo la Dirección General de Costas hace cuatro años.
Algunas de las zonas más afectadas por la construcción residencial de baja densidad cerca de las zonas de playa son, según la publicación de los ecologistas: el entorno del estuario del Barbadún y la playa de la Arena (Muskiz y Zierbena), el tramo costero de Getxo a Plentzia, los proyectos urbanísticos en Bakio, la Reserva de la Biosfera de Urbaibai y el Estuario del Oka.
De la misma forma, el documento hace hincapié en la presión industrial que recibe la costa vasca, con casos como: la refinería de Petronor, en el estuario del Barbadún, el superpuerto de Bilbao, el astillero de Murueta, la presión industrial en el interior de los valles gipuzkoanos sobre las cuencas fluviales (Deba, Oria, Urola, etc.), las emisiones y vertidos procedentes de la central térmica de Pasaia y otras industrias, el Puerto de Pasajes (en proyecto), y la construcción de nuevos puertos deportivos o de amarres deportivos en puertos tradicionales (Santurtzi, Getxo, Armintza, Bermeo, Lekeitio, Ondarroa, Mutriku, Zumaia, Orio, Hondarribia,...).
Para los activistas de Ecologistas en Acción, el desarrollo urbanístico e industrial descontrolado, las inexistentes políticas de ordenación del territorio y un equivocado concepto utilitarista del progreso se ha traducido en la destrucción de grandes partes del litoral gallego. En la actualidad se prevé la construcción de 300.000 nuevas viviendas en la próxima década, un 75% más de las que ya existen hoy, la mayor parte de ellas concentradas en la costa. Además, están previstos 17 campos de golf y 24 nuevos puertos deportivos. De esta forma, Galicia pasaría de tener 816.000 viviendas en la costa a 1,4 millones en diez años, siendo el 60% segunda vivienda.
Los asentamientos humanos e industriales actuales carecen en su mayor parte de las medidas mínimas de gestión de vertidos y depuración de aguas. El informe detalla que esta situación significa que más de 650.000 habitantes vierten sin tratar sus aguas residuales a las rías gallegas, vertidos no sólo domésticos, sino también industriales (más de la mitad).
La primera bandera negra está en la playa de Horcas Coloradas linda con un vertedero al mar y está gravemente contaminada todo tipo de residuos; y la segunda, en la playa de ensenada de Galápagos, inutilizada por la gran cantidad de residuos sólidos flotantes que hay en sus aguas.
El análisis de los ecologistas concluye que cerca de la mitad del litoral valenciano se encuentra actualmente urbanizado y está previsto que se urbanice otra quinta parte del mismo. El desarrollo urbanístico del litoral supera en ocasiones la capacidad de acogida del medio y la saturación de lugares de ocio como las playas. Ligado a estos desarrollos urbanísticos se realizan una serie de actuaciones que faciliten su uso turístico, en muchos casos con un grave impacto ambiental. Un claro ejemplo son los paseos marítimos: estas obras costeras logran romper la dinámica litoral, impiden la autoregeneración de la playa y suponen una barrera ecológica para el ecosistema costero.
Además, el informe añade que más de un tercio de las playas de esta comunidad presentan diversos problemas de erosión por diferentes causas: la modificación de la geomorfología con espigones, los aportes artificiales de arena, la construcción de infraestructuras como aparcamientos que provocan colapsos de tráfico y vertidos de aguas residuales o de otros tipos. Asimismo, la construcción de puertos deportivos y comerciales o su ampliación es otro de los factores que más está afectando de forma negativa al medio marino y litoral en los últimos años.
El litoral murciano presenta graves agresiones provocadas por la minería (la destrucción y contaminación de la bahía de Portmán es el caso más emblemático), el desarrollo industrial (por ejemplo, la bahía de Escombreras) y urbanístico (del que La Manga del Mar Menor constituye un triste ejemplo). Pese a ello, los ecologistas recuerdan que la Región de Murcia sigue albergando algunos de los tramos de costa de mayor valor natural y mejor estado de conservación del Mediterráneo.
Consulta con detalle las banderas negras y los puntos negros que hay en tu comunidad en el informe completo (en pdf).
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