San Diego (EE.UU.).- El aspirante presidencial demócrata Barack Obama afirmó hoy en entrevista con Efe que, si gana en noviembre, buscará un mayor acercamiento con América Latina, pero perseguirá una política de "zanahoria y garrote" para defender los intereses de Estados Unidos en la región.
"Creo que hay posibilidades tanto para zanahorias como para garrote (incentivos y mano dura) de forma que puedan fortalecer los intereses estadounidenses en la región", dijo Obama en la única entrevista que otorgó hoy a la prensa escrita tras su intervención en un foro hispano.
Obama profundizó en varios de los temas que abordó durante su discurso, de alto corte populista, ante más de 2.000 personas durante la 40 conferencia del Consejo Nacional de La Raza (NCLR), en el centro de convenciones de San Diego (California).
Cuando faltan menos de cuatro meses para los comicios generales, el senador demócrata de Illinois reafirmó su compromiso con la prosperidad en América Latina, y dijo que: "viajaremos allí muy pronto", aunque no precisó fecha.
Su rival republicano, el senador John McCain viajó recientemente a Colombia, donde se entrevistó con el presidente Álvaro Uribe, y a México, donde se reunió con el mandatario Felipe Calderón y recibió una bendición en la Basílica de la Virgen de Guadalupe.
Obama tiene previsto viajar a Europa y a Afganistán próximamente, pero hizo hincapié en que la estabilidad y prosperidad de América Latina será una de sus principales prioridades "cuando sea presidente".
Así, al referirse a los mandatarios de Cuba y Venezuela, Raúl Castro y Hugo Chávez, respectivamente, reiteró su idea de que "la diplomacia debería involucrar hablar con nuestros enemigos, no sólo con nuestros amigos".
Sobre Cuba, Obama consideró que la meta siempre será la libertad del pueblo cubano, pero que también es necesario flexibilizar los viajes y las remesas a la isla, para que los cubanoamericanos puedan ayudar a sus familias.
Eso, a su vez, "envía una señal de que estamos abiertos a un nuevo diálogo", subrayó.
"Creo que tener discusiones diplomáticas directas con Cuba es importante y creo que lo mismo es cierto en el caso de Venezuela", enfatizó.
Aunque destacó que Chávez ha sido "una fuerza destructiva en la región", sobre todo por su apoyo en el pasado a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sus prácticas antidemocráticas y su retórica incendiaria contra Estados Unidos, Obama cree que aún es posible un diálogo con Caracas.
Ese diálogo comenzaría, según Obama, con discusiones de bajo nivel para dirimir diferencias y encontrar puntos en común, por ejemplo la ampliación del comercio y la política energética.
El senador demócrata por Illinois, un estado con alta representación de hispanos, recalcó su deseo de fortalecer la prosperidad en México, "nuestro gran aliado" e influyente socio comercial en la región.
"Hay enormes oportunidades para fortalecer nuestra relación bilateral y eso comienza resolviendo el problema de inmigración, que es un asunto de gran contención", acotó Obama, mientras afuera grupos anti-inmigrantes protestaban su visita.
En su recetario también figura, continuó, "el trabajar con México para fomentar su desarrollo económico, para aliviar las presiones económicas que empujan a tanta gente a venir acá, y puedan hacer vida en México".
El presidente Calderón, a su juicio, ha sido "valiente al hacer frente al narcotráfico y su influencia en la policía, pero ellos (los mexicanos) necesitan más apoyo".
Obama votó a favor de la Iniciativa Mérida para ayudar a México y Centroamérica a combatir el crimen organizado y el tráfico de drogas y armas en la frontera común, que se ha cobrado la vida de más de desde enero pasado.
La clave para un buen entendimiento entre Estados Unidos y México "es el respeto y la alianza, y es algo que pienso convertir en una máxima autoridad cuando sea presidente".
En ese sentido, Obama volvió a criticar a McCain porque presuntamente abandonó la reforma migratoria: "los dos apoyamos la reforma, pero durante las primarias (republicanas) John McCain decidió que ya no cree en ella".
"Yo sí he resistido a las presiones políticas", subrayó, al indicar que lleva 20 años trabajando en temas de importancia para los hispanos y que, en comparación, "el récord del senador McCain no llega ni cerca".
La campaña de McCain rechaza haber abandonado la reforma e insiste en que el Gobierno primero se tiene que ganar la confianza del público al reforzar la seguridad fronteriza.
Por último, Obama señaló que la lucha de los negros e hispanos "es una sola", pese a lo mucho que se habla de las tensiones entre las dos minorías.
"Es la misma lucha cuando queremos que todo niño tenga en EE.UU. la misma oportunidad de llevar una vida decente, que todos los estadounidenses tengan acceso a cuidado de salud, buenos trabajos con buenos salarios", continuó.
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