La Cuenca del Ebro está llegando al límite del consumo de agua disponible

Zaragoza.-  La disminución de los recursos hidráulicos en la Cuenca del Ebro es permanente y continua desde 1980 y por eso está llegando a los límites del consumo posible en la mayor parte de las zonas, incluyendo las necesidades de las aguas costeras y de transición.

Así se recoge en el borrador del "Esquema provisional de temas importantes en materia de gestión de las aguas en la Demarcación Hidrográfica del Ebro" que hoy ha conocido el Consejo del Agua de esta Cuenca en la reunión que ha mantenido en el recinto de la Exposición Internacional de Zaragoza.

El documento, que saldrá próximamente a información pública por seis meses, define los problemas y alternativas de actuación para el futuro Plan Hidrográfico del Ebro, que deberá aprobarse a finales de 2009, y ha sido elaborado contando con más de 10.000 propuestas de usuarios y representantes de toda la Cuenca presentadas en 120 reuniones.

El "Esquema de temas importantes" establece cuatro ejes de actuación: establecimiento y modulación de caudales ecológicos, mejora de la calidad de las masas de agua, satisfacción sostenible de las demandas y gestión integral del agua, ha explicado en rueda de prensa el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), José Luis Alonso.

El desarrollo de estos ejes está condicionado, en primer lugar, por la limitación de los recursos hidráulicos de la Cuenca del Ebro, puesto que la serie histórica de datos desde 1980 establece una media de 13.869 hectómetros cúbicos anuales para toda la cuenca cuando el Plan Hidrológico vigente (de 1996) recogía una media de 17.800.

Además, esos 13.869 hectómetros sólo se alcanzan en el 50 por ciento de los años y en el resto hay una variación del 25 por ciento por arriba o por abajo.

De hecho, en cuatro de las diecisiete juntas de explotación de la cuenca las concesiones para el uso de los recursos superan el cien por cien y en seis más está por encima del 75 por ciento, por lo que al incorporar los nuevos caudales medioambientales podrían surgir "problemas estructurales".

La calidad, por el contrario, es en general "buena" o "muy buena" para las masas de agua, pero no tanto para las aguas subterráneas, porque un tercio de estas están en mal estado, y existe el "riesgo", según Alonso, de no poder cumplir el objetivo de calidad establecido por la "optimista" Directiva Marco de Agua para 2015.

Alonso ha considerado como "la piedra clave del arco" la fijación de los caudales ambientales, que se van a "modular" en función de las necesidades puntuales y de la época del año pero que aún no están fijados en ningún caso.

En la actualidad, según se especifica en el documento, se registran caudales inferiores a los previstos en el Plan Hidrológico de 1996 en entre el 10 y el 30 por ciento de las estaciones de control, puesto que los concesionarios antiguos (anteriores al Plan de 1996) no tienen obligación de cumplirlos.

De acuerdo con el Reglamento de Planificación Hidrológica de 2007 se debe definir un régimen de caudales ecológicos que permita mantener de forma "sostenible" la funcionalidad y estructura de los ecosistemas, pero eso hay que conjugarlo con la constatación de que el aumento de los volúmenes destinados a este fin supone una afección al resto de usos con los consiguientes costes económicos y sociales.

Para el caso concreto del Delta del Ebro, cuyo caudal actual está fijado en 100 metros cúbicos por segundo (3.153 hectómetros cúbicos por año) Alonso ha asegurado que éste se fijará siguiendo el mismo procedimiento que para el resto de caudales ecológicos que hay que fijar en la cuenca: con participación de todos los implicados y aprobación final en el Consejo del Agua.