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El Orgullo gay se desarrolla en Jerusalén sin grandes disturbios por primera vez

EFE
Actualizado 26-06-2008 21:27 CET

Jerusalén.-  Unas tres mil personas desfilaron hoy por el centro de Jerusalén para apoyar a homosexuales, lesbianas, transexuales y bisexuales, marcha que por primera vez transcurrió sin grandes incidentes por parte de ultra-ortodoxos judíos.

"Feliz Fiesta a todos, hoy somos todos jerosolimitanos, por primera vez festejamos sin apenas violencia, os damos la bienvenida a todos sin distinción de religión o credo", manifestó micrófono en mano uno de los organizadores del evento ante una multitud concentrada esta tarde en el Parque de la Independencia, en pleno centro de Jerusalén.

Bajo el lema de "Amor Infinito", la marcha del orgullo gay ha sido reivindicada por los dirigentes de "Casa Abierta", la asociación que agrupa a este colectivo en Jerusalén, como una apuesta contra la intolerancia y la libertad de expresión en la ciudad tres veces santa.

Amit Lev, portavoz de esta organización explicó a Efe que la de hoy "es la primera vez en muchos años" en que la marcha se está realizando sin problemas. "Hacemos esto desde 2002 y en 2005 tres personas fueron acuchilladas por un ultra-ortodoxo judío".

Ante los que consideran este tipo de actos como una "provocación" a los sectores religiosos -entre ellos, el alcalde de la ciudad, el ultra-ortodoxo Uri Lupolianski-, Lev lo tiene claro.

"Todos somos seres humanos y no menos sagrados que otras personas, religiosas o seculares. Esperamos que algún día podamos mostrarles que Israel es sagrado y nosotros también, igual que cualquier otra persona creada a imagen de Dios", abunda.

Con todo, el colectivo vislumbra algo de luz y es que en el último año se han conseguido logros significativos en Israel en el plano legal a favor de la aceptación de las parejas del mismo sexo en la sociedad, como son derechos de herencia o adopción.

"Esperamos ansiosos el día en que se legalice el matrimonio gay, como en España, en muchos países en Europa o en California. Por esto marchamos", recalca Lev.

Parejas homosexuales besándose, banderas del arco-iris junto a las de Israel y el Partido Comunista y globos de muchos colores fueron el tono dominante de la celebración, que se desarrolló de forma discreta y alejada de las carrozas, cabalgatas, drag-queens y excentricidades características de estos actos en otros lugares del planeta.

La presencia de 2.000 agentes de policía custodiando a los participantes en contraposición con los 10.000 del año pasado, daban muestra de que no se esperaban incidentes, especialmente después de que los organizadores mantuvieran conversaciones con rabinos y líderes religiosos para impedir actos violentos.

"El año pasado todo esto daba miedo, me sentí como en una zona de guerra, había más policías que manifestantes y los gays no se sentían libres de vestir como querían. Fue muy triste porque todo el mundo estaba muy asustado", refiere Taly Tepelberg, una agente de viajes que se desplazó para mostrar su solidaridad con esta minoría.

Una enorme bandera multicolor y pancartas en las que se podía leer: "Jerusalén para todos", "Abajo con la homofobia", o "Los derechos de los gays son derechos humanos", eran portadas por los manifestantes al ritmo de cánticos.

Aunque en la marcha no se registraron incidentes, un individuo, miembro de la comunidad ultra-ortodoxa, fue arrestado por colocar un cartel en contra del evento y la Policía impidió a varios activistas de ultra-derecha dirigirse hacia el parque donde concluyó la marcha.

Asimismo, desconocidos prendieron fuego a varios contenedores de basura en barrios ultra-ortodoxos y del centro de Jerusalén poco antes de que diera comienzo la marcha.

Y se ha abierto una investigación policial después de que varios miembros del Gobierno municipal y un dirigente del colectivo gay en Jerusalén recibieran sobres anónimos con un polvo blanco.

Pese a que Jerusalén despierta siempre pasiones, la comunidad gay año tras año está consiguiendo erosionar los prejuicios morales en una sociedad dominada por una constante puja entre los sectores laicos y los religiosos.

"Israel es un país muy liberal y libre, aquí no sólo hay ultra-ortodoxos y conflictos políticos", dijo Yoav Zeitun, ondeando en una mano la bandera israelí y en la otra la del orgullo gay.

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