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Detrás de la 'cara bonita' del OLPC (I)

Por JUAN FREIRE (SOITU.ES)
Actualizado 27-05-2008 10:08 CET

A CORUÑA.-  El proyecto One Laptop per Child que lanzó Nicholas Negroponte desde el Media Lab del MIT hace ya 3 años se convirtió rápidamente en un proyecto fetiche y un ejemplo depurado de idea políticamente correcta. Pero, como suele suceder con este tipo de proyectos masivos lanzados por visionarios que prometen cambiar el mundo, la realidad se ha revelado mucho más compleja y conflictiva.

De hecho, el prototipo de portátil de bajo coste hace ya unos meses que ha alcanzado la fase de producción y ha empezado a comercializarse y distribuirse, con resultados (e impacto mediático) bastante más discretos que los inicios parecían prometer. Hasta el momento se han distribuido 'sólo' unas 300.000 unidades frente a los millones que se anunciaban, y el precio por unidad se sitúa ahora en más de 180 dólares. Pero mientras estas cuestiones no han sido objeto de demasiado debate, el anuncio de un espectacular rediseño del portátil ha hecho regresar al OLPC a todos los foros.

El diseño de la primera versión de este portátil, denominada XO, fue obra de Yves Behar, considerado un maestro del diseño, y su estudio fuseproject. Este mismo diseñador presentaba hace unos días la nueva versión (conocida como XO2) que promete, cuando llegue al mercado en 2010, mejorar su funcionalidad y convertir a este portátil en una combinación de dispositivo portátil multiuso, ordenador, lector de libros electrónicos y plataforma de trabajo colaborativa. En Gizmodo comentan algunas de sus novedades, como la pantalla doble y táctil. Además, han publicado una galería de fotografías. El reconocimiento del nuevo diseño ha sido prácticamente unánime, y como ejemplo, en el International Herald Tribune (Design accolades for One Laptop per Child), reconocen que el proyecto OLPC se ha desarrollado con dificultades, pero lo justifican todo por la calidad y promesas del futuro diseño. Estas alabanzas unánimes han encontrado su contrapunto en la voz de Niti Bhan, una conocida especialista en la intersección entre diseño, dispositivos móviles y desarrollo, que anuncia que The emperor has designer clothes y rompe la unanimidad criticando el diseño del OLPC:

El diseño industrial se diferencia del arte o la escultura por un hecho simple, su forma creativa está pensada para una producción masiva. El buen diseño aumenta el valor de los productos cotidianos al hacer su uso más fácil y simple para millones de personas y su valor estético añade belleza a los rincones más pequeños de nuestros hogares.

Cuando un producto es alabado por la industria y los críticos como un ejemplo de buen diseño pero tiene dificultades para llegar a las manos de la gente a la que está destinado, ¿es esto un ejemplo de arte o escultura, una expresión de la visión personal del artista, más que una validación de lo que es buen diseño?

Algo así parece sucederle al OLPC. Ars Technica ha puesto la nota de realismo al preguntarse si sobrevivirá el proyecto a su lanzamiento (OLPC 2.0 coming; will project survive to see its launch?). Quizás sea el momento de revisar lo que ha pasado con el proyecto en estos últimos años y si realmente ha cumplido las expectativas que despertó en su momento. El siguiente post abordará esta cuestión.

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