Un grupo de expertos en Derecho Constitucional, amigos de Zapatero y de su primo hermano y número dos de Gabinete, José Miguel Vidal Zapatero, aumentan su influencia y poder en La Moncloa día a día. El último nombramiento será el más asombroso. El prestigioso historiador José Álvarez Junco, director del Centro de Estudios Constitucionales (CEPC), será sustituido por Paloma Biglino, quien fuera jefa del departamento de Vidal Zapatero en Valladolid.
Ese nuevo "núcleo de los constitucionalistas", sumado a la ascendencia que sobre el presidente ya ejerce Miguel Sebastián, titular de Industria, junto al empeño de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega por colocar mujeres allí donde puede, preocupa en los ámbitos socialistas, aunque nadie se atreve a hablar en voz alta.
José Álvarez Junco es uno de los historiadores más cualificados de este país. Si no el que más. Premio Nacional de Ensayo en el 2002 por su obra "Mater Dolorosa", su reputación nacional e internacional es una realidad. Ha sido catedrático de Historia en la Universidad de Tufts, en Boston (Massachussetts) y dirigió el Seminario de Estudios Ibéricos en el centro de estudios Europeos de la Universidad de Harvard.
De poco o nada le ha servido a Álvarez Junco su reputado curriculum. Va a ser relevado de su cargo como director general del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC), que depende del Ministerio de la Presidencia. Así se lo ha comunicado ya la propia María Teresa Fernández de la Vega, según fuentes próximas al Gobierno. La vicepresidenta le dio las gracias por "la labor realizada al frente de tan destacada institución", pero en Presidencia del Gobierno tenían otros compromisos. Zapatero y su número dos en el Gabinete, Miguel Vidal Zapatero, querían nombrar para el cargo a Paloma Biglino Campos. El nombre de esta constitucionalista de la Universidad de Valladolid ya había sido citado en otras ocasiones, como candidata próxima a los socialistas, para el Consejo del Poder Judicial e incluso al Tribunal Constitucional.
Biglino es catedrática de Derecho Constitucional en la capital vallisoletana. Allí ha sido la jefa del departamento de Vidal Zapatero, conocido como el primo del presidente. Hasta ahora, el parentesco con José Luis Rodríguez no ha sido óbice para que, quienes trabajan con José Miguel Vidal, no reconozcan que es un tipo competente. Sólo que, como ya ocurrió en tantas ocasiones con la mayoría de los presidentes, a medida que Rodríguez Zapatero se crece y afianza en el poder, los suyos van copando más territorio.
Desde el triunfo de las elecciones, José Miguel Vidal es el número dos de José Luis Rodríguez Zapatero en su Gabinete. Ahora, con el nombramiento de Biglino para sustituir a Álvarez Junco --"una osadía intelectual, una arbitrariedad", en palabras de otro catedrático e historiador próximo a los socialistas-- han saltado las alarmas, tanto dentro como fuera de las filas socialistas.
Colocar a Paloma Biglino en el CEPC, un centro que tiene como misión el estudio, la investigación y publicación sobre materias políticas y constitucionales, no será el último gesto del nuevo lobby. Ni es el único. Tras ascender a José Miguel Vidal Zapatero como número dos del gabinete, en sustitución de Enrique Guerrero, se eligió a otro constitucionalista, Francisco Caamaño Domínguez, también del núcleo de los "constitucionalistas vallisoletanos y leoneses". Caamaño es el nuevo secretario de Estado de Asuntos Constitucionales y Parlamentarios, nombre con el que se designa ahora a la antigua Secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes. Al mismo grupo de profesores pertenece el jefe de Gabinete de Francisco Rubio Llorente, presidente del Consejo de Estado. Se trata de Juan María Bilbao Ubillos, también profesor de Derecho Constitucional de Valladolid.
Una "camarilla de poder, integrada por los constitucionalistas de Valladolid y León, sumados a los amigos de Zapatero que proceden de León, está rodeando al presidente del Gobierno, con su plácet más absoluto" explica un experimentado diputado socialista, preocupado por los derroteros que toman las cosas. Y al principio de la segunda legislatura presidencial. A la influencia y fascinación que el presidente muestra por Miguel Sebastián -asunto que volverá a crear roces más pronto que tarde con el equipo del vicepresidente Pedro Solbes- hay que sumar ahora a este grupo vallisoletano-leonés, amigo de los Zapatero.
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