Almería.- La fiscalía ha mantenido su petición de 15 años de cárcel como autor de un delito de homicidio para Noureddine Sourroukh, acusado de asestar 18 puñaladas a su mujer, todas ellas cuando estaba viva, a pesar de reconocer el letrado que Khadija Nejjar pereció "sola, luchando por su vida y ahogada en sangre".
Así lo ha afirmado el representante del ministerio público en la tercera sesión del juicio por el procedimiento de jurado que se celebra en la Audiencia Provincial, que ha acogido el trámite de informes, en el que esta parte, como el resto, ha elevado a definitivas sus calificaciones previas.
Ha sostenido en su alegato, al que se ha adherido el abogado del Estado, que el tipo penal que procede en este caso es el de homicidio, al que aplica la agravante de parentesco, y no el de asesinato, a pesar de reconocer la violencia ejercida por el acusado para matar a esta marroquí de 34 años y madre de dos hijas.
Khadija, cuyo cuerpo fue hallado en la bañera de su vivienda en Roquetas de Mar (Almería) el 5 de septiembre de 2006 "murió sola, luchando por su vida y ahogada en sangre", ha sido la frase con la que ha concluido un alegato en el que ha enfatizado la existencia de pruebas suficientes contra Suorroukh, del que ha afirmado que mató a la mujer, con la que contrajo matrimonio en 1997, porque le iba a abandonar tras una vida en común plagada malos tratos.
La acusación particular, coincidente con fiscalía en la existencia de pruebas suficientes para condenar a Sourroukh y en que éste "ha representado el papel de loco" desde el inicio el pasado lunes de la vista, tal y como corroboró la psiquiatra que le examinó, ha sostenido que éste cometió contra su esposa un asesinato por el que estima que debe de permanecer en prisión durante 25 años.
Ha criticado la petición fiscal al entender que ésta se basa en un uso incorrecto del concepto de defensa, pues Khadija "frente a un hombre con un cuchillo, solo trató de protegerse" de las numerosas puñaladas que le asestaba su esposo, todas ellas aun con vida.
Además de tratar de degollar a la mujer, de asestarle dos puñaladas mortales que afectaron a los pulmones y de causarle otra herida de hasta 17 centímetros en el abdomen, Sourroukh "la apuñaló también por la espalda y, cuando la mujer calló al suelo producto de las lesiones, siguió clavándole el cuchillo por las piernas".
Por ello, esta parte ha entendido que en la muerte de la mujer desangrada y asfixiada en la bañera una hora después de ser apuñalada en su vivienda del barrio de las 200 viviendas justo a su regreso de Marruecos, donde se había refugiado durante unos días por miedo a su esposo, concurren todas las circunstancias para que el delito a imponer sea el de asesinato.
La defensa ha pedido la absolución o, subsidiariamente, la aplicación de la eximente completa de enajenación mental, al entender que no existen pruebas de cargo contra el hombre, que "es evidente que está loco", si bien ha reconocido su incapacidad para acreditar suficientemente este supuesto trastorno mental.
En esta última jornada, tras la que mañana el jurado se reunirá para emitir su veredicto, se ha visionado además el reportaje fotográfico efectuado por la Guardia Civil tras el hallazgo del cuerpo 48 horas después de que se produjera la muerte.
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