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J.K. Rowling persigue a sus anotadores

Por JUAN VARELA (SOITU.ES)
Actualizado 14-04-2008 20:12 CET

MADRID.-  La mayoría están atónitos. Los devotos de Harry Potter no pueden creen que J.K. Rowling demande en los tribunales a una de sus webs preferidas para conocer los secretos del niño mago, The Harry Potter Lexicon. Pero la cultura fan se ha topado con el viejo negocio de los libros y las películas. Y no es la primera vez.

La autora de Harry Potter se ha presentado en un juzgado de Nueva York para impedir que el sitio creado por Steven Vander Ark y sostenido por él y tres escritores más se convierta en un libro publicado por RDR Books.

Rowling ha sostenido en el pasado buenas relaciones con la web dedicada a su personaje más famoso. La descubrió en 2004 consultando en un cibercafé algunos datos sobre su propia obra. Pero la relación ha acabado cuando la escritora ha anunciado su intención de crear su propia enciclopedia sobre las aventuras del aprendiz de mago y sus compañeros de Hogwarts. Una enciclopedia cuyos beneficios serán dedicados a proyectos benéficos, según ha prometido la autora.

Escándalo en la comunidad potteriana.

No es la primera vez que la autora, espoleada por Warner Bros., la productora de las películas de Harry Potter, persigue a los fans del mago por los contenidos creados a partir del personaje.

Quizá el episodio más famoso fueron las Guerras Potter contra The Daily Prophet, un sitio creado por Heather Lawver donde fans de todo el mundo se dieron cita para recrear el universo imaginado por Rowling.

Todo fue bien hasta que Warner quiso proteger los derechos exclusivos de Harry Potter y demandó a Lawver. Entusiastas de todo el mundo protestaron y se unieron en Defense Against the Dark Arts para luchar contra quienes pretendían recortar sus creaciones y ficciones. "No debemos olvidar que amamos los libros, no su mercadotecnia", sentenciaron en un manifiesto por su libertad de expresión y su creativa forma de amar a Harry Potter.

J.K. Rowling y sus editoriales británica y norteamericana habían promovido las ficciones y los grupos de fans desde el inicio de la publicación de los libros. Pero cuando en 2001 Warner Bros. se hizo con los derechos de la serie empezó a escrutar la web con la vista puesta en la defensa de la propiedad intelectual y el copyright de la industria audiovisual, principales demandantes de la extensión de los derechos de autor.

"No es razonable, ni legal, que ninguna persona o fan tome la obra de un autor, reorganice los personajes y tramas y la venda para su propio beneficio comercial. Por mucho que alguien diga admirar la obra de un autor no tiene derecho a vender dicha obra", ha justificado J.K. Rowling en su web.

El Lexicon podía vivir en internet entregado a promocionar las aventuras del niño mago y a fortalecer su legión de seguidores. Pero cuando su fundador y su editorial anunciaron su intención de publicar la enciclopedia en libro ha comenzado la guerra por el negocio.

La autora y sus abogados aluden que el Lexicon no aporta nada a Harry Potter. Vander Ark y RDR Books se defienden como cualquier enciclopedia. Su obra se acoge al derecho de transformación, recogido en la ley española (art. 21 del Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual) y para el que se necesita la autorización del autor de la obra original.

Anthony Falzone, director ejecutivo del Proyecto de Uso Justo de la Facultad de Leyes de Stanford y pupilo de Lawrence Lessig, fundador de Creative Commons, defiende el Lexicon.

Si no se pudieran hacer obras derivadas o de transformación de las originales, una parte importante de nuestra cultura, antes y después de la era digital, se limitaría. Las creaciones de los seguidores, la fan culture, ha sido un motor de promoción inagotable para La Guerra de las Galaxias, Matrix y tantas más. Sin ella movimientos como el anime no existirían. Como tampoco Disney y la difusión de los cuentos clásicos en dibujos animados.

Pero es justamente la Mickey Mouse Protection Act y el triunfo de la extensión del copyright y los derechos de autor la culpable de juicios como el de Harry Potter.

Los defensores del Lexicon apelan a la utilidad y a la creación que significa reunir, ordenar y hacer accesible el universo de las obras de Rowling en un formato de guía y enciclopedia. Rowling, sus editores y productores aluden que todo eso está muy bien, pero que el uso justo de sus derechos se vulnera cuando se intenta sacar beneficio de esa obra.

¿Por qué de un libro infringe la ley y los 25 millones de visitas anuales de HP Lexicon no?

La defensa del copyright de las editoriales y productoras tiene mucho que ver. El Lexicon en internet es promoción, marketing, contribuye a hacer más viva la serie de Potter y aumenta la pasión y el interés de sus seguidores.

Si los contenidos creados a partir de ella compiten en su mismo negocio, entonces, la pelea está servida. De la resolución de los tribunales norteamericanos volverá a depender buena parte del futuro de las obras creadas por los seguidores de las ficciones más famosas de nuestro tiempo. Esas que ellos contribuyen a crear y a enriquecer.

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