VALLADOLID.- Dos personas fallecieron en Castilla y León como consecuencia de la encefalopatía espongiforme bovina, conocida como mal de las 'vacas locas', según confirmaron fuentes de la Consejería de Sanidad, así como del Ministerio de Sanidad.
Según fuentes de la Junta estos dos fallecimientos no tienen consecuencias epidemiológicas y desde la Consejería se siguió el protocolo establecido en estos casos como es notificar los dos casos a la red nacional y a la red europea.
Los muertos son dos personas de 26 y 50 años, aunque no se ha dado a conocer sus identidades ni el lugar exacto en el que se produjeron los fallecimientos ni la infección. El primer caso se produjo el 28 de diciembre de 2007, y el segundo el 7 de febrero de este año, aunque los dos fueron detectados antes de 2001. Desde entonces la enfermedad ha ido empeorando hasta desembocar en ambas defunciones.
Estas dos muertes son las primeras desde 2005, cuando falleció una mujer de 26 años a causa de la variante humana de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.
El director del Centro Nacional de Referencia de las Encefalopatías Espongiformes Transmisibles, Juan José Badiola, advirtió hoy de que las dos personas fallecidas en Castilla y León por el mal de las 'vacas locas' pueden no ser los últimos, ya que "probablemente se detecten más casos en España en los próximos meses".
A su juicio, y según destacó Badiola en declaraciones a Onda Cero recogidas por Europa Press, el periodo de incubación de la encefalopatía espongiforme bovina, conocida como mal de las 'vacas locas', ha llegado "a su fin", de ahí que "no hay que alarmarse" por estos dos fallecimientos.
Además, aseguró que "lo más probable" es que ambas víctimas pudieran sufrir la contaminación hace más de ocho años", certificando que ninguno de los fallecidos era ganadero.
La primera res afectada por la encefalopatía espongiforme bovina se detectó en 1985 en Reino Unido. En 1996 aparecieron también allí los primeros casos de la enfermedad en humanos. En España se detectaron 719 casos de la enfermedad en animales desde el año 1999.
La enfermedad la produce una proteína infecciosa (prión) que transforma las proteínas sanas en dañinas. Afecta al tejido nervioso y produce alteraciones en el comportamiento de los animales, entre ellas estados de nerviosismo y comportamiento agresivo, conducta por la que popularmente recibe el nombre de "mal de las vacas locas".
Según un estudio publicado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), los animales afectados por la enfermedad no sólo se ponen nerviosos y agresivos, sino que, poco a poco, también van perdiendo las capacidades motoras. Con frecuencia pierden la coordinación de las patas traseras, lo que impide que se levanten. Además, se reduce la producción de leche y pierden peso, pese a comer con normalidad.
A los humanos la enfermedad llega comiendo tejidos cerebrales o nerviosos de animales infectados, según señala el IICA. La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que esta enfermedad consiste en una "degeneración esponjosa del cerebro". La enfermedad, según la OMS, se manifiesta en síntomas de depresión e incluso, en ocasiones, con psicosis de tipo esquizofrénico. Además, en torno a la mitad de los casos experimentan también síntomas sensoriales como la piel pegajosa. Inestabilidad, dificultad de caminar y movimientos involuntarios son otras señales neurológicas que surgen a medida que avanza la enfermedad. Poco antes de morir, destaca la OMS, "los pacientes se quedan totalmente inmóviles y mudos".
Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.