Santiago de Chile.- El gerente general de Centrales Hidroeléctricas de Aysén, Hernán Salazar, defendió hoy la construcción de cinco centrales en el sur de Chile, resistidas por ecologistas, y destacó la "eficiencia y seguridad de este tipo de energía.
El proyecto, considerado clave para el país que importa gran parte de la energía que consume, contempla la construcción de hasta cinco centrales en el cauce de los caudalosos ríos Pascua y Baker en la lluviosa región de Aysén, en el sur de Chile, con una potencia de 2.750 megavatios.
"Las mayores necesidades de energía deben ser satisfechas con criterios de sustentabilidad, eficiencia y seguridad. Tenemos las condiciones para hacerlo con hidroelectricidad", dijo Salazar en reunión con periodistas.
El proyecto que fue denominado HidroAysén, nació en el 2006 impulsado por Endesa Chile y la generadora chilena Colbún.
Endesa Chile es el brazo generador del grupo Enersis, que es la matriz de inversión en Latinoamérica de Endesa España y posee además generadoras en Argentina, Brasil, Colombia y Perú.
El ejecutivo añadió que Chile debe resolver a tiempo la dicotomía: "gas, carbón, diesel de origen importado, o bien recursos renovables y propios".
"Actualmente, en Chile la energía hidroeléctrica representa un 38 por ciento de la potencia instalada, pero aún estamos lejos de países como Noruega donde el 98 por ciento de su generación de energía es hidroeléctrica, o de Brasil que concentra más de un 90 por ciento", indicó.
Agregó que el país debe proyectarse al futuro con fuentes competitivas, disminuyendo la dependencia de insumos volátiles del exterior.
"El Proyecto Hidroeléctrico de Aysén le permite a Chile disminuir la dependencia exterior al utilizar un recurso natural propio", recalcó.
"Chile hoy importa el 72 por ciento de la energía que consume en forma de petróleo, gas y carbón, lo que nos hace depender de la alta variabilidad y volatilidad de los precios que estos insumos tienen en los mercados internacionales", precisó.
Salazar explicó que, adicionalmente, HidroAysén sustituirá la generación de energías que tienen como base el uso de combustibles fósiles importados y que "reemplazará la emisión de CO2 a la atmósfera en unos 16 millones de toneladas al año".
Indicó que esta mitigación equivale a las emisiones de siete centrales termoeléctricas o a un año de emisiones de gases de todos los vehículos del país, excepto camiones y autobuses.
"No podemos prescindir de la hidroelectricidad como fuente de abastecimiento, menos si aporta a reducir los gases de efecto invernadero", recalcó y recordó que Chile sufre una crisis energética.
Esta crisis se ha agravado por los altos precios del petróleo, a lo que se suman los problemas de abastecimiento de gas natural desde Argentina y una fuerte sequía, escenario que ha llevado al Gobierno a plantear varias medidas de eficiencia energética y la búsqueda de energías renovables.
Hidroaysén, cuyo proyecto debe ser aprobado aún por la institucionalidad ambiental vigente, tiene previsto empezar la construcción de la primera central a mediados del 2009 y la última en el 2017.
Este proyecto ha sido fuertemente criticado por grupos ecologistas que aseguran que afectará el ecosistema de la zona con la inundación de miles de hectáreas para los embalses de las centrales.
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