Sevilla.- La Estación Biológica de Doñana (CSIC) inaugurará el viernes en Sevilla una exposición sobre la descontaminación del cauce del río Guadiamar, afectado en abril de 1998 por la rotura de la balsa minera de Aznalcóllar, una actuación considerada como la mayor restauración hidrológica de Europa.
La muestra, titulada "Guadiamar. Ciencia técnica y restauración", analiza los trabajos realizados en estos diez años para descontaminar y restaurar 4.634 hectáreas de 63 kilómetros de este cauce que fueron contaminadas por los 6 millones de metros cúbicos de lodos y aguas ácidas vertidos al romperse la balsa de residuos de la mina de Boliden Apirsa.
Este accidente minero fue considerado una de las mayores catástrofes ecológicas de España, no sólo por la dimensión del daño causado -se llegaron a recoger 37,4 toneladas de peces muertos- y la gran toxicidad del vertido, sino, además, por haberse producido aguas arriba del Parque Nacional de Doñana, uno de los espacios naturales más valiosos de Europa.
La limpieza del Guadiamar comenzó con la retirada de los suelos contaminados, lo que requirió el trabajo de 500 camiones durante 208 días, en los que recorrieron casi 17 millones de kilómetros, y se certificó tras la realización de unos 1.500 análisis científicos.
La descontaminación de esta zona fue consensuada con diversos organismos científicos entre los que el CSIC y, en especial, la Estación Biológica de Doñana desarrollaron un papel protagonista.
Tras diez años de trabajos y la descontaminación de los terrenos afectados, éstos fueron comprados por la Junta de Andalucía que ha consolidado este cauce como un corredor verde inscrito dentro de lña red e espacios naturales protegidos.
La aportación científica también se plasmó en el proyecto Doñana 2005, que ha promovido en esta década una decena de actuaciones para recuperar el complejo sistema hidrológico de las marismas de Doñana.
"Guadiamar. Ciencia, técnica y restauración" mostrará todos estos trabajos del 1 de febrero al 30 de junio en el antiguo Pabellón del Futuro de la Expo 92, en la Isla de la Cartuja de Sevilla.
Esta muestra pretende conmemorar el décimo aniversario de esta catástrofe ecológica en un espacio de casi 2.000 metros cuadrados, lo que convierte a esta exposición en "la más grande celebrada hasta el momento en España sobre temática ambiental", según el CSIC.
La exposición recoge la visión de este suceso desde la óptica de los niños, los ciudadanos, los científicos, los humoristas gráficos y los artistas.
Uno de los elementos de esta muestra es el dilatado y complejo proceso jurídico impulsado por el Gobierno andaluz y por la Junta de Andalucía para demandar a la multinacional Boliden Apirsa el pago de los daños causados, demanda que aún sigue vigente, principalmente por la vía mercantil.
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