Cómo tratar a un dj en 17 pasos (I)
Por ALEJANDRO ARTECHE* (SOITU.ES)
Actualizado 17-01-2008 12:53 CET
El dj es la persona que pasó de ser el feo que se quedaba arrinconado en las fiestas poniendo discos a convertirse en los 90 en un ser supremo. "God is a Dj", que decían Faithless. Sumas millonarias por sesiones que no pasaban de las dos horas y trato de vip que para sí quisieran muchas estrellas del rock o el fútbol. Pero eso se acabó.
Un estudio de mercado decía que en Europa y América ya se les ha pasado la tontería y que los djs viven de las rentas engañando a los Países del Este con su complejo de nuevos ricos, a las clases altas Sudamericanas (aunque luego sus sesiones acaben a tiroteo limpio con muertos en la pista de baile como le ocurrió a Carl Cox en plena pinchada en Caracas) y a algunos países de Europa que todavía no se han enterado de la fiesta (España entre ellos que con su catetismo habitual sigue empeñada en que si no es caro, no es bueno).
Lo que aquí te proponemos no es aprender a tratar a un dj estrella, sino al que te alegra todos los fines de semana en tu local favorito. Lee esta guía sobre cómo comportarte en 17 pasos -en esta primera entrega puedes ver 8- para que tu próximo sábado noche sea mágico... o un infierno. Está en tu mano.
- Si le ves con auriculares quedándose sordo, encorvado sobre una mesa de mezclas o dejándose la vista buscando un disco, no lo hace por gusto. Está trabajando. Si quieres pedirle algo, ¡espera! No te pongas a golpear el cristal de manera impertinente y repetitiva. El dj es persona y no un cachorro de animal en el escaparate de una tienda de mascotas.
- "Si tuviera más tetas y fuera rubia seguro que me ponías lo que te pido". No hay nada más triste que automenospreciarse. ¡Ya lo hacen los demás por ti, boba! Si te niegan una canción será por algo y si te pones en plan víctima harás el ridículo más espantoso. ¿Ves como el dj habla con el recogevasos y te señala? Premio, bonita. En diez minutos te has convertido en la risa de todos los empleados.
- "Esto es una mierda, todos se aburren y nadie baila". El que durante el colegio quisieras ser el delegado de curso y te quedaras con las ganas porque eras inaguantable no significa que ahora puedas ser el defensor del cliente. ¿Quién eres tú para hablar por los 300 clientes del local? ¿Si sabes tanto por qué estás pagando las copas a precio de oro y aguantando empujones mientras el dj se lo lleva calentito a casa? Es la mejor frase que puedes decir para ser considerado un apestado.
- "¿Puedes poner algo que se pueda bailar?". Veamos, ha sonado James Brown y haces tu comentario encima del 'Vogue' de Madonna. ¿Has buscado bailar en un diccionario? No, con Fito, Maná y una rumbita, que es lo que quieres que te pongan, no se baila, se hace el ridículo.
- "No sé qué pedirte, dime algo". Vamos a ver, la única obligación que tienes de pedir en un local es una bebida en la barra, que en eso se basa el negocio de hostelería. Otra frase odiada es "¿me dejas ver los discos que tienes para ver qué te pido?". Directamente estás pidiendo a gritos que los porteros te saquen a patadas del bar por absurdo.
- "Si me pones una canción te invito a algo". El alterne es algo que hacen unas señoritas en bares de carretera. El dj pone música y suele tener las copas gratis. No confundas conceptos porque aunque a veces haya que prostituirse poniendo una canción que no quieres, sienta muy mal que te lo llamen a la cara.
- "Somos 40 de una boda y nos hemos dejado 300 euros en copas. Cambia la música". El rollo señorito latifundista está totalmente out y es de muy mal gusto hablar de dinero. El dj tiene sueldo fijo y no va a comisión de las copas vendidas porque, repito, no es una señorita que trabaje en un bar de carretera.
- "¿Puedes poner "cumpleaños feliz" y dedicárselo a Vanessa María por el micro?" Tu amiga Vanessa no es el centro del mundo y al resto del local le importa un pito si cumple años o tiene ladillas. El próximo año mejor vais a un chiquipark con payasos y piscina de bolas.
*Alejandro Arteche es nuestro colaborador de música.
*Lea aquí la segunda parte de este artículo
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