La reseña de Federico Volpini
Entramos en mansión señorial con 'Miss Potter' y Louise Mary Alcott. Máquina de escribir y niña bien. Como la música se encarga de subrayar sin discreción alguna, esta combinación es explosiva. Unámosle joven jardinero de sólida estructura corporal, protegido por el amo -que le está proporcionando una carrera- y hermana mayor en horas tensas.
Es 'Cumbres borrascosas'. El drama está servido. Lo desata una equivocación hasta tal punto inverosímil que parece una broma. Esa equivocación nos lleva a 'Lady Chatterley' contra la estantería y, paralelamente, en el papel. Escándalo y castigo a la carta. A partir de ahí, con un tramo por 'El paciente inglés', es acrobacia. Sucesión de saltos por el tiempo, donde se espera la visita de Amenábar, sobre una distorsión del cuento más conocido de Ambrose Bierce, que sólo alivia la sugerente incursión en Francia por la guerra.
Poco antes del final, se nos informa de que la película que hemos visto no es la que hemos visto, sino otra que, al parecer, discurría bajo ella. La que nos dice Vanessa Redgrave que ha sido ésta.
La reseña del Dr. Etxea
'Expiación' nos cuenta su secreto en un final muy emotivo. Ese desenlace sostiene las dos horas largas de esta producción británica con resonancias literarias. De hecho Joe Wright adapta la novela de Ian MacEwan y muestra con ella el valor de la escritura como centrifugado de culpas. Es el momento estelar de Vanessa Redgrave (Briony Tallis), mujer madura que narra un episodio crucial de su autobiografía. El personaje confiesa haber sellado su último relato para expiar una culpa cuyos efectos nunca podrá remediar. Esa imposibilidad de redención convierte a la literatura en un gesto aun más noble. Su ineficacia práctica deriva en un heroico acto de libertad.
'Expiación' comienza en el verano de 1935 en una envidiable finca de la campiña inglesa: una familia de alcurnia se tuesta y se aburre. Es sabido que la ociosidad es la madre de todos los tedios y de éstos derivan perversiones tales como escribir -Saorise Ronan y luego Romola Garai en las sucesivas etapas de Briony- , y peor aún, acusar en falso a quien no te quiere como tú quieres-James McAvoy- aunque ello suponga destruir la vida ajena. Cuatro años después, los personajes cambian de escenario. Es la segunda guerra mundial y las tropas británicas cruzan el Canal para socorrer al aliado francés. Más de una hora de 'Expiación', se pasa entre campos minados y hospitales atestados de heridos. Es la peor parte. Lo que le ocurre a los personajes ya está contado. Ni las bombas, ni la sangre aportan nada, sólo ese final glorioso, con la televisión por testigo, da sentido al relato.
Ficha técnica
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