La energía nuclear está generando un debate soterrado en el PSOE y en el seno del Gobierno Zapatero. Un grupo cada vez más amplio de antiguos dirigentes socialistas, unido a expertos y directivos del Ministerio de Industria y otros departamentos económicos, apuestan por una redacción "inocua" sobre el futuro de la energía nuclear en el programa socialista para las elecciones del 9 de marzo. El programa estará listo antes del próximo 20 de enero.
En contra de esa posición se sitúa una parte del equipo que rodea a la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, encabezado por Arturo Gonzalo Aizpiri, secretario general para la Prevención del Cambio Climático. Aizpiri, junto a su ministra, encarnan la posición más reacia a la propuesta de ser "más blandos" y eludir en el programa la posición sobre el calendario de cierre de las centrales nucleares.
La patata caliente la tiene en estos momentos entre las manos el coordinador del grupo de energía para el programa, Julián López, aunque fuentes del Gobierno reconocen que "la última palabra la tiene el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero".
Zapatero fue más bien enigmático el pasado 28 de diciembre, durante la presentación del documento "Balance de legislatura 2004-2008". El presidente eludió una respuesta directa sobre el asunto, pero aclaró que hará pública su posición sobre la nuclear antes de que "acabe la legislatura".
Veinte días antes, el mismo Zapatero se declaró partidario de que España mantuviera una reducción razonable de la energía nuclear y se definió como no partidario de convertir esa energía en una alternativa.
La declaración del presidente del Gobierno se interpretó como una respuesta al reciente posicionamiento de antiguos líderes socialistas, como el ex presidente Felipe González, quien el otoño pasado ya se manifestó partidario de apostar por la nuclear, cuya implantación, al menos para usos pacíficos, es imparable. Tras el ex presidente del Gobierno, otros miembros del antiguo ejecutivo del PSOE, como Javier Solana o Joaquín Almunia, también han manifestado sus posiciones partidarias de reabrir el debate.
A este elenco de prohombres del PSOE de los años 80 se unirá un libro firmado por el ex ministro de Industria Juan Manuel Eguiagaray, director del Laboratorio de Ideas de la Fundación Alternativas. Eguiagaray es partidario de "no cerrar las puertas" al debate. El ex ministro reconoce que la polémica abierta no se refiere sólo a los riesgos verdaderos de esta energía, como los residuos de larga duración, los problemas no resueltos en el ciclo de combustible o las consideraciones del coste, sino que también influye el hecho de que en España, la oposición contra la energía nuclear es "más aguda", como consecuencia de la misma transición a la democracia y la historia económica de las eléctricas, que llevo a apostar en 1982 por la moratoria nuclear.
Pero estos problemas reales, opina Eguiagaray, no pueden obviar el hecho de las dificultades que conllevaría "un eventual adelantamiento de la fecha de cierre de las centrales nucleares" y por eso, con prudencia, solicita que no se cierre la puerta al debate, aún teniendo en cuenta el coste que tendrá en la opinión pública.
Las posiciones encontradas en torno al conflicto de la nuclear están representadas también entre los "sabios" y asesores internacionales que el PSOE anunció a bombo y platillo, como los grandes fichajes para elaborar el programa de las elecciones del próximo 9 de Marzo. Ése sería el caso de Jeremy Rifkin, presidente de la fundación de Nuevas Tendencias Económicas, uno de los mayores expertos en política energética, quien recientemente aconsejó a Zapatero rechazar más centrales nucleares por motivos económicos y medioambientales.
Frente a Rifkin está Nicholas Stern, otro de los 13 sabios que ayudan al PSOE a elaborar su programa económico y autor del famoso informe sobre el impacto económico en la energía, que le encargó el gobierno británico. Stern se ha manifestado en varias ocasiones partidario de la energía nuclear como modo de combatir el calentamiento del planeta.
Pese al debate, las fuentes consultadas apuestan a que Zapatero estará más cercano a la posición de Aizpiri y Narbona, muy sensibles a las opiniones de organizaciones como Greenpeace, frente a los ministerios económicos, como Industria y Economía, donde las posiciones están más matizadas y preferirían la ambigüedad en el programa electoral, de forma que "a finales de la próxima legislatura, si ganamos las elecciones, pueda abrirse el debate" según reconocen fuentes de Industria.
En España hay ocho reactores nucleares trabajando, situados en seis lugares diferentes y generan el 20% de la energía eléctrica consumida, un 10% menos que la media de la UE, donde generan una media del 30%. El libro sobre el balance presidencial de Zapatero, presentado la semana pasada, recuadra que en el año 2007 "ya hemos conseguido que un 8,23% del total del consumo de energía provenga de las energía renovables, menos de 4 puntos porcencutales por debajo del ambicioso objetivo para el año 2010".
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