ISLAMABAD.- El Gobierno paquistaní responsabilizó hoy abiertamente a Al Qaeda y los talibán del asesinato ayer de la ex primera ministra Benazir Bhutto al tiempo que advirtió al también ex primer ministro Nawaz Sharif de que figura entre los objetivos del grupo terrorista. Entretanto, Bhutto, que murió de un golpe en la cabeza, fue enterrada hoy junto a su padre en el sur del país, mientras continúan los disturbios por parte de sus partidarios que se han cobrado ya cerca de 30 muertos.
"Tenemos la prueba de que Al Qaeda y los talibán estuvieron detrás del ataque suicida contra Benazir Bhutto", señaló el ministro del Interior, Hamid Nawaz, en declaraciones a Associated Press.
El portavoz del Ministerio de Interior, Javed Iqbal Cheema, explicó que el Gobierno interceptó hoy una conversación en la que un "líder de Al Qaeda" al que identificó como Baitulá Mehsud "felicitaba a sus hombres por perpetrar este acto cobarde".
Cheema, que no dio más detalles de la conversación, dijo que Mehsud está también detrás del atentado del 18 de octubre contra el cortejo que acompañaba a Bhutto a su llegada a Karachi, en el que murieron 140 personas. Según el portavoz, Mehsud esta "detrás de la mayoría de los recientes ataques terroristas que han tenido lugar en Pakistán".
Mehsud es considerado el comandante de las fuerzas pro talibán presentes en la región tribal de Waziristán Sur, donde también están activos los combatientes de Al Qaeda. Este otoño, los diarios paquistaníes le citaron afirmando que recibiría a Bhutto a su regreso a Pakistán con terroristas suicidas, si bien Mehsud negó posteriormente haber hecho esas declaraciones.
Por otra parte, el portavoz dijo que Sharif, ahora la principal figura de la oposición en el país, figura entre los políticos amenazados. Asimismo citó a Fazlur Rehman, líder de un partido opositor islamista, el ex ministro de Ferrocarriles Sheij Rashid Ahmed, estrecho aliado del presidente Pervez Musharraf; y el ex ministro del Interior Aftab Sherpao, que escapó la semana pasada a un atentado suicida en el que murieron 56 personas.
MURIÓ DE UN GOLPE EN LA CABEZA
Asimismo, el portavoz anunció hoy que la ex primera ministra no murió por heridas de bala ni por la metralla de la bomba con la que se inmoló el hombre que la disparó, sino de un fuerte golpe en la cabeza al caerse cuando intentaba entrar en el coche empujada por la onda expansiva.
Inicialmente, las autoridades atribuyeron ayer su muerte a los disparos realizados por un joven cuando abandonaba el parque de Rawalpindi en el que había pronunciado un mitin. Sin embargo, Cheema dijo hoy que los tres disparos no la alcanzaron cuando estaba saludando a sus partidarios a través del techo solar de su coche blindado.
La ex primera ministra falleció cuando intentó introducirse en el vehículo y la onda expansiva de la deflagración golpeó su cabeza contra la palanca del techo solar, fracturando su cráneo, explicó el portavoz, que sin embargo no indicó la causa de la discrepancia con las informaciones iniciales.
Por otra parte, Cheema enseñó a los periodistas una grabación del incidente, en la que se ve a Bhutto saludando, sonriendo y hablando con sus partidarios asomada por el techo solar de su coche mientras éste estaba detenido. A continuación se escuchan tres disparos y la cámara parece caer y la grabación se interrumpe.
FUNERAL MULTITUDINARIO
Entretanto, cientos de miles de personas asistieron hoy al funeral de la primera ministra en la localidad de Garhi Khuda Bakhsh, en el sur del país, a donde llegaron en todo tipo de transportes o incluso a pie, con el fin de darle su último adiós.
Un clérigo islámico encabezó las oraciones, mientras que el hijo de Bhutto, Bilawal, y su marido, Asif Ali Zardari, --que llegó hoy a Pakistán desde su exilio en Dubai con los tres hijos del matrimonio-- ayudaron a bajar el féretro en la tumba junto a la de su padre, Zulfiqar Ali Bhutto, el ex primer ministro ejecutado en 1979. A continuación, miles de partidarios desfilaron delante de la tumba.
La muerte de Bhutto deja su Partido del Pueblo de Pakistán (PPP) sin un sucesor claro. Su marido, que fue puesto en libertad en diciembre de 2004 tras ocho años de cárcel acusado de corrupción, es uno de los candidatos a convertirse en el nuevo líder del partido, aunque no cuenta con el prestigio de un pariente de sangre.
Asimismo, hace planear ciertas dudas sobre la celebración de las elecciones parlamentarias del 8 de enero, después de que ayer Sharif anunciara que su partido las va a boicotear. Sin embargo, el primer ministro interino, Mohammedmian Soomro, aseguró hoy que el Gobierno no tiene planes inmediatos de aplazar las elecciones.
"Ahora mismo, las elecciones permanecen tal como están", declaró en una conferencia de prensa. "Consultaremos a todos los partidos políticos para tomar cualquier decisión al respecto. Estoy dispuesto a reunirme con ellos ahora mismo", añadió.
OLA DE VIOLENCIA
Entretanto, los disturbios por parte de partidarios de Bhutto se suceden en todo el país. Según las autoridades, al menos 23 personas han muerto desde ayer. Para evitar que la situación continúe deteriorándose, el Gobierno ha ordenado el despliegue del Ejército en Hyderabad, Karachi y otras ciudades del sur, donde han empezado ya a patrullar.
Sólo en Karachi, la ciudad más grande del país, han muerto nueve personas, según la agencia oficial APP. En esta ciudad, los alborotadores han atacado bancos, edificios gubernamentales y oficinas de la Liga Musulmana de Pakistán- Q (gubernamental). Entre los fallecidos figuran al menos tres partidarios del PPP, así como cinco empleados de uno de los bancos asaltados.
El ministro del Interior de Sindh --donde se encuentra Karachi--, Ghulam Mohammed Mohtaram, confirmó que el gobierno provincial pidió la ayuda del Ejército "para controlar la situación" en varias ciudades. Previamente, turbas enfurecidas habían prendido fuego a diez estaciones de tren y varios convoyes en toda la provincia, obligando a la suspensión del servicio de trenes entre Karachi y la provincia de Punjab (este).
Unas 7.000 personas se manifestaron en Multan (centro), saqueando siete bancos y una gasolinera, y apedreando a la Policía, que respondió con gases lacrimógenos. En Islamabad, unos cien manifestantes quemaron neumáticos en una zona comercial de la ciudad.
Otros 4.000 partidarios de Bhutto se congregaron en la ciudad de Peshawar (noroeste) y varios cientos saquearon una oficina vacía del partido gubernamental, quemando el mobiliario. Los agentes antidisturbios persiguieron a los asaltantes pero no intervinieron.
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