Barcelona.- La presidenta de la Comisión Nacional de Energía (CNE), Maite Costa, ha asegurado hoy que España "puede jugar a posicionarse" como centro distribuidor de gas del sur de Europa, gracias a la diversidad de fuentes de suministro, como Egipto, Argelia, Qatar, Nigeria y Trinidad y Tobago.
Esta posición, a juicio de Costa, sitúa a España "en una ventaja competitiva muy importante" respecto a otros países europeos, como el Reino Unido y Alemania, que dependen de los suministros del mar del Norte y de Rusia, respectivamente.
Costa, que ha participado en una de las sesiones de la jornada "Los economistas y la realidad social", organizada hoy por el Colegio de Economistas de Cataluña, ha subrayado que, en este contexto, "España se sitúa como un punto geográfico clave para la entrada de gas a Europa".
También ha criticado a los que se oponen a la línea de interconexión eléctrica con Francia, ya que España necesita importar y exportar energía.
"Los que creen que con plantas de generación se soluciona están equivocados. Esto no funciona: se necesita la interconexión, tenemos que ser conscientes de que lo demás son cantos de sirena", ha afirmado la presidenta de la CNE.
Sin embargo, Costa ha defendido que una reducción de la electricidad generada en centrales hidráulicas y térmicas en favor de las energías renovables es un objetivo "razonable".
También ha cargado contra la Comisión Europea, a la que ha aconsejado que estudie "qué pasa" en Francia, donde el alto precio de la electricidad -en un país con muchas centrales nucleares activas- "no tiene explicación".
Según Costa, España está "muy por delante" del resto de Europa en cuanto a la separación empresarial entre las actividades de transporte y generación de electricidad.
En países como Francia y Alemania -ha dicho-, las mismas empresas generadoras se encargan del transporte de la electricidad. "España tiene que exigir que el resto de Europa asuma su modelo", ha afirmado.
"Sería bastante penoso", a juicio de Costa, que en otros países europeos el consumidor "fuese capturado por los intereses de empresas verticalmente integradas".
En la misma sesión, titulada "La energía en Europa: perspectiva desde Cataluña y España", el presidente de Enagas, Antoni Llardén, ha remarcado la ausencia de almacenes subterráneos de gas y la importancia del gas natural licuado en el futuro del comercio de este recurso fósil.
En cuanto al rechazo que han despertado algunos de los proyectos de construcción de almacenes subterráneos de gas, sobre todo en el delta del Ebro, Llardén ha dicho que la "cultura del 'no'" puede crear "muchos problemas".
Los barcos metaneros, cada vez más grandes para abaratar el coste del transporte, exigirán puertos más preparados, ha advertido el presidente de Enagas, antes de señalar que España recibe gas de diez países diferentes.
En opinión de Llardén, hasta que no empiece a funcionar el gasoducto que recorrerá el eje mediterráneo, desde Almería -donde desembocará el tubo de Medgaz- hasta Francia, pasando por Martorell (Barcelona) y Figueres (Girona) en su último tramo, "no tendremos seguridad en el suministro ni competencia".
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