Los registros esqueléticos coralinos analizados por los investigadores indican que la cantidad de carbonato de calcio ha disminuido en el 13,3% en todo el arrecife desde 1990, y que tal disminución no tiene precedentes en los últimos 400 años. Los esqueletos de carbonato de calcio de los corales proporcionan el hábitat para decenas de miles de especies que viven en los arrecifes.